Caso Salas: la perrita Bonnie, las fotos y las búsquedas que acorralan a los Saavedra

Judiciales30/09/2025 El principal acusado no está en el banquillo
AUDIENCIA-JIMENA-SALAS

Aunque Javier “Chino” Saavedra se quitó la vida un día antes del juicio, las fotos, búsquedas y pruebas digitales lo siguen señalando como el engranaje central del femicidio de Jimena Salas.

Durante la tercera jornada, el oficial principal que lideró la investigación desde abril de 2022 desplegó un arsenal probatorio que deja a los acusados sin margen para el beneficio de la duda. Hablamos de más de 80 búsquedas en portales locales sobre el crimen, su participación activa en el grupo de Facebook “Justicia por Jimena Salas” con alertas directas a su correo, y una galería fotográfica que pone a Saavedra en la escena simbólica del horror: la perrita Bonnie, la mochila militar, los lentes colgando y hasta el llavero de Gimnasia y Tiro.

El oficial no solo relató el modus operandi de Saavedra —visitas sospechosas a viviendas de la zona días antes del crimen, bajo la excusa del perro perdido—, sino que acompañó su exposición con capturas de pantalla, fotos y audios que destrozan cualquier estrategia de defensa. La novia de Saavedra de entonces aparece angustiada preguntando si la perrita que circulaba en redes era la suya. En paralelo, vecinos detallaron haber visto al acusado rondando con un caniche gris y hasta estacionando un VW Vento marrón frente a la casa de Salas.

La minuciosidad del testimonio fue demoledora: la correa naranja marca “Patita”, los zapatos marrones sin cordones, la mochila camuflada, los registros en la nube de Google desde múltiples dispositivos y hasta una torta casera con los mismos elementos de vestimenta. Todo un inventario de indicios que apuntan en una sola dirección.

El tribunal escucha a diario cómo se desarma la coartada de los acusados Adrián Guillermo y Carlos Damián Saavedra, juzgados como coautores del crimen calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa y femicidio. La justicia, que en 2017 pareció fallar al no consolidar pruebas, hoy avanza sobre un camino mucho más sólido: pericias digitales, testimonios consistentes y pruebas materiales.

El dato más corrosivo lo dio el propio investigador: Saavedra no solo seguía el caso obsesivamente, también configuró alertas para enterarse de cualquier novedad. ¿Un gesto de inocencia o la pulsión enfermiza de quien no puede escapar de lo que hizo?

 Fuente: Muy Crítico

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