Los Milei bajo peritaje: el escándalo cripto que amenaza con convertirse en el Watergate libertario

Política08/10/2025 Corrupción libertaria
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El fiscal Eduardo Taiano ordenó peritar los teléfonos del presidente Javier Milei y de su hermana Karina, en el marco de la causa por el escándalo del token $LIBRA. Se los acusa de manipular el valor de una criptomoneda para obtener ganancias millonarias, en una maniobra que mezcla poder, engaño y presunta corrupción dentro del corazón del Gobierno.

El sueño de la “nueva política sin corrupción” se derrite en la blockchain. El fiscal federal Eduardo Taiano ordenó peritar los celulares del presidente Javier Milei y de su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia y arquitecta del poder libertario, en el marco de la causa por el escándalo $LIBRA, una trama que ya amenaza con convertirse en la mayor crisis institucional del gobierno.

Los hermanos Milei están acusados de haber participado en una maniobra fraudulenta conocida en el mundo cripto como “rug pull”: inflar artificialmente el valor de una criptomoneda, generar euforia entre los inversores y luego —una vez que el precio se dispara— retirar las ganancias y dejar al resto con las pérdidas.

Un esquema clásico de estafa, pero ahora con la firma de quienes prometían “terminar con los curros”.

El tuit que encendió la mecha

Todo comenzó en febrero de 2025, cuando una publicación en la cuenta oficial de Milei en X (ex Twitter) impulsó la cotización del token $LIBRA, presentándolo como “una herramienta de libertad financiera frente al Estado”.

Horas después, el valor del activo se disparó… y luego se desplomó, arrastrando a cientos de pequeños inversores que compraron impulsados por el “efecto Milei”.

La Justicia sospecha que la maniobra fue planificada, con participación directa del presidente, su hermana y un grupo de operadores internacionales. Entre ellos figuran Hyden Davis, Julian Peh, Charles Hoskinson, Sebastián Serrano, Arturo Osete Herraiz y otros empresarios del universo cripto.

La sombra del delito

El fiscal Taiano dispuso el peritaje completo de las comunicaciones de los hermanos Milei, incluyendo mensajes de WhatsApp, Telegram, Facebook, Instagram, X y LinkedIn. La medida también alcanza a varios funcionarios y asesores cercanos.

El objetivo: rastrear si hubo coimas, acuerdos encubiertos o filtraciones de información privilegiada desde el propio despacho presidencial.

Según fuentes judiciales, Karina Milei habría actuado como “facilitadora”, abriendo las puertas de la Casa Rosada para que los desarrolladores del token pudieran reunirse con el jefe de Estado.

A cambio, se investiga si hubo pagos en efectivo o en criptomonedas, que podrían configurar delitos de cohecho y enriquecimiento ilícito.

El propio Taiano no descarta que la operatoria haya sido parte de una red de corrupción cripto dentro del Estado nacional, una especie de “coima 2.0” que mezcla especulación digital con poder político.

Un Congreso que Milei intentó silenciar

La tensión política crece: la comisión investigadora del caso $LIBRA fue reactivada en el Congreso luego de que Milei intentara disolverla por decreto. La maniobra, lejos de frenar la investigación, la potenció.

La comisión, presidida por Maximiliano Ferraro, citó a los hermanos Milei y al ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, pero ninguno se presentó.

La ausencia, según fuentes legislativas, no fue desinterés sino estrategia: evitar contradicciones bajo juramento.

Mientras tanto, la oposición prepara pedidos de juicio político y nuevas denuncias por abuso de poder y encubrimiento, apuntando a que el presidente utilizó su investidura para manipular el mercado y proteger un negocio privado disfrazado de libertad financiera.

El “rayo libertario” empieza a chamuscarse

La causa $LIBRA golpea en el corazón del relato libertario. El discurso anticasta, el “honor del león”, la promesa de pureza moral frente al sistema: todo comienza a desmoronarse bajo la sospecha de una maniobra financiera con olor a estafa.

Si se confirma que los hermanos Milei usaron la Presidencia para inflar una criptomoneda y enriquecerse, no estaríamos ante un simple error ético, sino ante un delito federal con ramificaciones internacionales.

Y lo más grave: un presidente que juró “dinamitar la corrupción” podría terminar siendo el primer mandatario argentino investigado por manipular criptomonedas desde su propio celular.

Lo que comenzó como un gobierno que gritaba “¡Viva la libertad, carajo!” hoy suena a “¡Viva la especulación, hermano!”.

Mientras los argentinos hacen malabares con la inflación y la pobreza, el presidente y su hermana enfrentan acusaciones por jugar con un mercado que estafó a miles.

El liberalismo que prometía luz se apaga entre peritajes, teléfonos incautados y rumores de coimas.

Y en el fondo, la pregunta que nadie en el oficialismo quiere responder: ¿Hasta dónde llega la libertad cuando el negocio es la corrupción?

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