La maquinaria discursiva del gobierno nacional se queda sin combustible. Ante el amanecer de una inevitable devaluación de la moneda, la crisis en los hogares argentinos se profundiza lacerante. Hasta el momento los logros del “león de departamento” son sencillamente aterradores: millones de niños sin cenar y una libertad que no alcanza. Ya casi ni ruge el “carajo” enérgico de los primeros días.
Rápidamente muchos argentinos comienzan a sospechar que en verdad eran solo desequilibrios de salud las formas excéntricas del personaje, y que en definitiva no existe esa genialidad escondida que idealizaban en campaña, cuando todo era chiste, gritos y frivolidad.
Según datos oficiales, seiscientas mil (600.000) personas dejaron de aportar al sistema de seguridad social, desde que asumió la gestión del “nuevo cambio”. Un saqueo repetido, cada vez con mayor frecuencia. Una tragedia conocida, pero esta vez con características antidemocráticas y sádicas, no vistas hasta ahora por estas pampas. En este marco los representantes salteños del naufragio nacional. Los libertarios (no libertos) tuvieron una semana totalmente delirante. Los legisladores oficialistas fieles a su estilo disruptivo y refundador, lograron dar forma a un nuevo espacio político: “la extrema histeria”.
El creativo movimiento político lo encabezan Emilia Orozco y Carlos Zapata en la Cámara de Diputados de la Nación, para el caso quizás mejor llamada por los británicos como Cámara de los Comunes.
Común no es lo mismo que ordinario, aunque suena parecido. Estos días fueron esclarecedores para quien busca entender esta “nueva política”, por el momento escondida detrás de viejas ideas conservadoras y una caterva reaccionaria con pocas luces. Tal como desnudó prolíficamente la libertaria Lourdes Arrieta, exponiendo los chat sobre el “operativo libertad”, donde claramente queda confirmada la participación de los salteños, incluso en tono de “secreto” para la sociedad.
En Salta se presentan enojados y ofendidos. En Buenos Aires te toman de boludo. Los honorables representantes del pueblo salteño en una misma sesión pueden sostener incluso, argumentos encontrados para lograr el mismo fin de un futuro de grandeza.
Así es como defendieron un imaginario equilibrio fiscal, mientras intentaban otorgarle $100.000.000.000 (cien mil millones de pesos) en gastos reservados a la oscura SIDE, correctamente calificada como el sótano de la democracia. La pequeña erogación que Orozco y Zapata intentaron aprobar en favor de los espías criollos, representa casi el presupuesto reclamado por las Universidades Públicas, que al menos presentan rendición de los gastos con la nuestra. Empecinados en salvar al país de las garras del terrorismo internacional, y quizás seducidos por el carpetazo a la oposición, los representantes de Salta votaron a favor de tamaña erogación, siempre bajo el repetido lema de “no hay plata”. Por supuesto, que desde las bancas de la izquierda tradicional argentina buscaron diferenciarse de estos postulados libertarios. A los gritos sostienen que esos fondos sirven para construir 16 hospitales de alta complejidad en el país. Locas propuestas de zurdos empobrecedores. Después de todo no ganaron las elecciones, y dengue todavía no hay.
Lamentablemente los protagonistas de “la extrema histeria” fracasaron al momento de la votación, porque tanto el macrismo, como el residual del PJ, sospecharon que ese dinero sería plomo mortal en las próximas elecciones. Serán casta extorsionadora, pero no ingenuos opas del interior. El dato de color lo dieron los tres diputados del oficialismo provincial, que “casualmente” no bajaron a la sesión, en una clara ayuda numérica, a la necesitada estrategia de Casa Rosada. No les pusieron la gorrita, pero ya son parte orgánica de las fuerzas del cielo.
Los diputados del peronismo salteño ni siquiera tuvieron la utilidad de una votación victoriosa para el gobierno, que tuvo un traspié parecido a la agonía temprana. Los representantes nacionales de la provincia, consiguen siempre la forma de terminar dejando la peor imagen posible de ellos. Para colmo los referentes salteños del olmedismo tienen por delante una campaña cuesta arriba, mientras votan en contra de otorgarle fondos a la Universidad Nacional y cuestionan las becas para estudios superiores. Ayuda y apoyo de una sociedad solidaria, que a ellos mismos no les dio la espalda.
Sociedad que confió en ellos y hasta logró sacarlos del oscurantismo iletrado con que llegaron a sus puertas. Hay plata para las campañas sucias de la casta gobernante, pero no para las aulas del pueblo. Así vota la extrema histeria. Oscurantismo de brutalidad intelectual, para un fácil manejo de masas. El mismo al que hoy pretenden condenar al resto de sus conciudadanos, desfinanciando eutanásicamente la Educación Pública que juraron defender ante la Constitución Nacional. Así se avizora el futuro de mantener en el poder a los autores del autodenominado milagro argentino. Agarren una pala, nunca un libro!