Advierten que el contrabando sigue creciendo en la frontera norte de Salta

General28/05/2025 Con alambrado y todo
Paso ilegal

Pese a la instalación reciente de un alambrado de 250 metros por el que se invirtieron más de $36 millones en la frontera salteña, los pasos ilegales siguen funcionando sin control alguno, según mostró un informe especial del noticiero Telenoche. En los límites de Salta con Bolivia, Paraguay y Brasil, miles de personas cruzan diariamente productos sin declarar, mientras las fuerzas de seguridad parecen desbordadas o directamente ausentes.

En la zona de la triple frontera, barcos repletos de mercadería ilegal cruzan el río sin ningún tipo de control. Desde neumáticos y ropa hasta electrodomésticos, todo entra por vías paralelas a las legales. Las escenas que mostró la TV son impactantes: menores de edad cargando hasta 120 kilos en la espalda, en ojotas, por caminos de tierra al borde del río.

Desde comestibles y bebidas hasta indumentaria y repuestos, pasando por hidrocarburos, el abanico de productos que cruzan la frontera de manera irregular es vasto. La economía informal y la diferencia de precios entre Argentina y Bolivia, fluctuantes pero siempre presentes, actúan como un potente incentivo que impulsa esta dinámica. Para muchos habitantes de la zona, el contrabando, ya sea a pequeña o gran escala, representa una parte de su sustento, una realidad socioeconómica que no se resuelve con kilómetros de alambre.

"Cruzamos todas las veces que se pueda por día. Todo el día hay laburo. Hay patrones acá que se llevan millones. Es imposible que se corte", contó un pasero ante las cámaras. El alambrado, que fue presentado como una solución efectiva para blindar la frontera, ha demostrado ser, en la práctica, un obstáculo más que una barrera infranqueable.

El relato crudo se completa con imágenes de Prefectura navegando sin poder intervenir, handies en manos de contrabandistas para avisarse entre sí, y hasta tragedias evitables: "Lo que más me impactó fue ver chicos ahogándose. El otro día hubo un choque de lanchas y murió un muchacho", reveló otro trabajador informal del contrabando.

Desde diciembre pasado, el gobierno nacional y la provincia de Salta impulsan el Plan Güemes, una estrategia conjunta que busca combatir el contrabando, la trata de personas y el narcotráfico en los principales pasos fronterizos. La cabecera del operativo está en Aguas Blancas, donde se construyó el alambrado que une la terminal de ómnibus con el paso formal a la localidad boliviana de Bermejo.

Las extensas y porosas zonas fronterizas, marcadas por la geografía agreste del Chaco salteño, los pasos clandestinos históricos y la intrínseca vinculación social y económica con el país vecino, ofrecen un terreno fértil para la continuidad del comercio ilegal. Las denuncias de los propios pobladores y las constantes incautaciones realizadas por las fuerzas de seguridad son testimonio de que el contrabando se ha adaptado, no cesado.

Por esto es que la medida no logra su objetivo: la gente sigue utilizando los pasos informales para cruzar hacia Bolivia. En uno de estos pasos, Gendarmería, Prefectura y Policía Federal están presentes, pero según testigos, apenas intervienen. "Los agentes miran y a veces frenan a alguien. Pero pasa de todo", denunció un lugareño.

El alambrado, entonces, se erige como un símbolo de un esfuerzo, pero también como un recordatorio de que las fronteras no son solo líneas en un mapa o barreras físicas, sino espacios vivos donde la realidad socioeconómica y las dinámicas históricas a menudo superan las soluciones unilaterales. La "guerra" contra el contrabando en el norte salteño dista de haber encontrado su resolución.

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