
Hospital Oñativia: el gerente Marcelo Nallar revirtió su renuncia pero admite el colapso del sistema
General15/05/2025 Salud Pública
Marcelo Nallar había decidido abandonar su cargo por agotamiento y cuestiones personales tras 17 años de gestión. Aunque dio marcha atrás con la renuncia, reconoció que la demanda supera ampliamente a la capacidad del sistema público. La guardia cambió su modalidad por falta de recursos pero volverá a la normalidad. Destacó su pertenencia al equipo de trabajo del gobernador Sáenz y el ministro de Salud.
El Hospital Dr. Arturo Oñativia, institución clave en la atención de enfermedades renales y endocrinológicas en Salta, atraviesa una situación crítica que pone en evidencia las debilidades estructurales del sistema de salud pública provincial. El director del hospital presentó su renuncia luego de 17 años de gestión, invocando razones personales y la percepción de que "otros podrían hacer mejor el trabajo".
Aunque finalmente decidió permanecer en el cargo tras conversar con parte del equipo, la renuncia fue un síntoma más del desgaste interno que vive el hospital. “La provincia está en un mal momento financiero y creo que puedo aportar desde mi experiencia”, explicó el directivo en comunicación con El Tintero, dejando entrever el escenario de precariedad en el que el hospital debe operar.
"Nos reunimos con el gobernador y el ministro y llegamos a la conclusión de que no es el momento adecuado para dejar la gerencia después de tantos años, es momento de complicaciones financieras en la provincia y ajustar la salud a esa situación económica es todo un desafío", manifestó Nallar.
Uno de los puntos más sensibles fue la guardia del hospital. Aunque oficialmente "nunca se cerró", el propio gerente reconoció que cambió su modalidad de funcionamiento, hecho que generó incertidumbre entre pacientes y profesionales. Se espera una pronta normalización, aunque no se ofrecieron fechas concretas ni detalles sobre los recursos disponibles para ello.
El hospital también seguirá atendiendo las áreas de insuficiencia renal crónica y endocrinología, pero la tensión es evidente. El propio gerente admitió que ambas especialidades son interdependientes, especialmente en el caso de pacientes diabéticos, y que su continuidad es una necesidad, no una garantía.
En medio de la crisis, el directivo agradeció los mensajes de apoyo que recibió, entre ellos el de un paciente trasplantado. Sin embargo, el reconocimiento no oculta el trasfondo: la demanda de atención crece a un ritmo que el sistema ya no puede sostener.
La situación del Hospital Oñativia no es aislada. Es el reflejo de una salud pública desbordada, con profesionales agotados, infraestructura al límite y una gestión provincial que, hasta el momento, no ha dado respuestas concretas.


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