Adiós al filósofo del fútbol | A los 85 años murió César Luis Menotti

General 06/05/2024 Victoria Matos- Melina Sánchez
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De Fisherton, al margen del Paraná y en la parte norte de la Ciudad de Rosario, de ese lugar donde son varias de nuestras glorias nacionales del fútbol, de la música, de la literatura… y él acaso, tuvo un poco de todas esas artes, aunque sobresaliera en el fútbol.

Recordado director técnico campeón del mundo en 1978, de amplia trayectoria en el fútbol criollo. Como player se desempeñó de centrocampista y también delantero. Iniciado en Rosario Central, luego jugó en Boca y en Racing. Como entrenador, además de la Selección Argentina también se destacó dirigiendo aquel mítico team de Huracán campeón del Metropolitano 1973.

Una total leyenda que llevó al estrellato a la camiseta albiceleste, actualmente seguía ligado a la AFA como Director de selecciones.

Menotti fue “el filósofo del fútbol”. Hoy menottistas y bilardistas estarán de luto por igual. De los primeros que apoyó a Scaloni.

Le dio jerarquía a la selección, pero no dicen por qué. Desde el mundial del 38 en Francia, hasta el 78, Argentina había tenido siempre un muy buen campeonato en la Liga Nacional, en ese momento, la Liga Argentina era fuerte, sin embargo, la selección fracasaba en las instancias mundialistas. Malos resultados, rumores de que “se dejaban ganar”, o de que eran pésimos, tribunas vacías, a poco público le importaba la selección argentina. En el mundial de México 70 Argentina no clasificó (luego de un empate 2 a 2 con Perú en la bombonera por las eliminatorias) y en Alemania 74 queda afuera en primera ronda.

El mundial del 78 cambió todo eso para siempre. Menotti fue el responsable de darnos la primera estrella, en un contexto crudo con el que la emblemática Selección Argentina del 78 a pesar de su talento, tuvo que lidiar hasta muchas décadas después y a pesar de su maestría, soportar ser puesta en cuestión.

En efecto, el del 78 fue un mundial eclipsado por la situación política del momento, a pesar de lo brillantes que eran algunos de esos jugadores como Kempes -el matador-, quienes muchas veces quedaron opacados porque la mala prensa sobre todo foránea los vinculaba directamente a la dictadura por jugar un mundial, sin comprender que los jugadores eran en su mayoría pibes de entre 18 y 25 años muy ajenos a las decisiones políticas de los poderosos y que si bien es cierto que el gobierno de facto utilizó el mundial para solapar las atrocidades de los campos de concentración y los secuestros, también es cierto que los pibes que jugaban al fútbol estaban muy cercanos a la edad que tenían muchos de los detenidos desaparecidos, pertenecían a los sectores sociales más empobrecidos de Argentina, y solo querían jugar al fútbol.

Cuando murió Maradona dijo que estaba «hecho mierda» y declaró que jamás estuvo de acuerdo con que la FIFA lo suspendiera y que había un montón de otras maneras de tratar las adicciones.
Había hecho debutar a Diego en la Selección y en el mundial Sub 20.
Fue su entrenador en Barcelona donde pasaron varios años juntos hasta que el Diez fue a Nápoles y Menotti volvió a Buenos Aires.

Compartieron juntos muchos momentos deportivos y familiares, desde los 15 o 16 años de Maradona.
César Luis Menotti, el flaco, fue, entonces, no solo un buen jugador y un gran entrenador, sino quien vio pasar -con ojo experto- por la Selección Nacional y por el fútbol argentino a varias generaciones de futbolistas que tendrían luego la responsabilidad de llevar la camiseta celeste y blanca.

Amigo del Negro Fontanarrosa, admirador de Serrat, lector y melómano compulsivo, esas cualidades quizás le sirvieran para implementar su técnica en la cancha, un fútbol más elegante que bravo, decía que había que tener respeto por el juego y por la pelota – a la que no le gustaba llamar balón-, cuestiones que a su parecer lo alejaban de Bilardo.

Ayer por la tarde, en medio de la final Estudiantes 1 (4) Vélez 1 (3) que definió la copa de la liga se conoció la noticia, y también le rindieron homenaje en esa contienda.

Son tres los lugares que se ofrecieron para el velatorio del querido técnico: Huracán, el predio de la AFA y el Congreso. Aunque, hasta el momento la familia manifestó su deseo de despedirlo de modo íntimo.

Con el Flaco Menotti se va una parte importante de la historia del fútbol de nuestro país. ¡Hasta siempre, y gracias!

Fuente: El mundial de las pibas

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