Una pintada y el ADN del “nuevo” libertarismo salteño: Romero, Olmedo y la casta que se disfraza

Política15/12/2025 Libertarios reciben CV
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En una pared del barrio Morosini apareció una consigna que no busca sutilezas, apunta directamente: “Bettina Romero 2027 – LLA”. La pintada funciona como un globo de ensayo, pero sobre todo como un recordatorio: en Salta, el experimento libertario no se construye sobre caras nuevas, sino sobre estructuras viejas que cambiaron de camiseta.

Las paredes hablan, y en una del barrio cercano al balneario municipal apareció una que generó diferentes tipos de reacciones en la comunidad salteña: “Bettina Romero 2027 – LLA”.

Pero resulta más que interesante repasar quiénes son los libertarios salteños, de dónde salieron y qué representa, porque si hay algo que la provincia muestra con crudeza es esto: no son outsiders. Son, en buena medida, el entramado político que durante años orbitó alrededor del olmedismo y sus aliados, hoy reempaquetado en el sello de La Libertad Avanza.

Hay un antecedente que ordena la lectura política de la pintada. En 2014, Alfredo Olmedo tuvo como compañero de fórmula para la gobernación a Juan Carlos Romero, padre de Bettina. Ese dato no es anecdótico: es la prueba de que los puentes entre el romerismo y el olmedismo existen hace tiempo, y que el “salto” hacia LLA no sería un giro ideológico, sino un reacomodamiento dentro de una misma galaxia de poder.

Por eso, cuando aparece “Bettina 2027 – LLA”, lo que se activa no es la sorpresa, sino la pregunta obvia: ¿es una candidatura outsider o el reciclaje de un apellido con historia, estructura y relaciones preexistentes?

De Ahora Patria a libertarios: no volvieron, se transformaron

No se trata de que “Ahora Patria regrese”. En rigor, se convirtieron en libertarios. La marca cambia, la retórica se actualiza, pero los nombres y los métodos suelen ser los mismos: instalación mediática, consignas duras, polarización y promesas de “limpiar la política” e ir contra la casta.

El problema es el corazón de la contradicción: repiten el discurso contra la casta siendo ellos mismos parte constitutiva de esa casta. No es un juicio moral: es una constatación histórica. Tienen recorridos, armados, candidaturas, alianzas y poder real acumulado. El antisistema, en Salta, muchas veces es apenas un estilo.

Romero, Olmedo y Salta Forestal: cuando el negocio explica la política

A esa trama se suma un dato de peso político-económico: durante su gestión como gobernador durante 12 años, Juan Carlos Romero concesionó tierras de Salta Forestal (230 mil hectáreas en Anta) a Alfredo Olmedo. Ese tipo de decisión no habla de afinidades discursivas, sino de relaciones de poder concretas, con beneficiarios claros. En ese marco, pareciera que el de campera amarilla debe, y mucho.

Por eso la pintada no se lee solo como “intención electoral”, sino como señal de alineamiento: la hipótesis de un armado 2027 donde confluyen apellido, estructura y vínculos previos con actores centrales del libertarismo local.

El muro de Morosini como anticipo del 2027

La pintada hace lo que hacen las pintadas: instala. Pero también expone. Porque si Bettina Romero busca subirse al tren libertario, La Libertad Avanza en Salta queda ante su dilema más incómodo: ¿cómo sostener el relato “anticasta” mientras incorpora —o se deja representar por— figuras que gobernaron, administraron Estado y tomaron decisiones de alto impacto político y económico?

En Morosini no apareció solo un nombre. Apareció una discusión inevitable: en Salta, el “nuevo” libertarismo no está rompiendo con el pasado; lo está administrando con otra estética.

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