Narcotráfico: el Gobierno prefiere el blindaje mediático a realizar un diagnostico real
General26/11/2024 La provincia necesita un plan político inmediatoEl narcotráfico avanza y el gobierno sigue sin un plan claro para frenar su expansión. Mientras se anuncian operativos mediáticos, la violencia crece y la policía se ve cada vez más involucrada. En tanto, los responsables de la seguridad de lo salteños prefieren negar lo evidente.
A la luz de los acontecimientos de este año, Salta viene perdiendo la batalla contra el narcotráfico y, la falta de un plan claro, es cada vez más evidente. El problema se expande mientras el gobierno toma iniciativas sobre la marcha con la ayuda de Patricia Bullrich, quien anunció el desembarco de fuerzas federales al norte salteño, algo que sonó más a una operación mediática que a una política.
Primero lo primero: el problema está más presente que nunca pero no llegamos a hablar de organizaciones multinacionales como el cartel de Cali o Sinaola. La realidad es que la provincia está viviendo una notable sensación del narcotráfico y escenas dignas de una película sobre la trama del hampa con el caso Darío Monges y su vínculo con el poder político salteño.
Ya no se trata de un problema distante, ni algo exclusivo de otras provincias. La entrada de la droga es Salta, y su impacto se siente en la violencia creciente, en la desestabilización en los municipios de frontera y en la participación de la policía. En marzo, el ministro de Seguridad, Marcelo Domínguez, sin ningún dato afirmó que el narcotráfico no tiene la misma magnitud en Salta que en otras provincias, como Rosario.
Pensando que arreglaba todo, reconoció que “la droga entra, pero no hay carteles en Salta”. La declaración a la vista ignoraba el contexto: todavía resonaban los ecos del descubrimiento de un cargamento de cocaína transportado por policías salteos. El hecho no solo expuso que la policía es parte del problema, sino también es desbande de sus súbditos.
No es posible ya minimizar nada: la droga sí está presente y sí está afectando a la provincia, es la única forma de partir para cualquier explicación sobre el tema, lo cual significaría admitir que se está perdiendo una batalla. Un "cartel" no va a escribir su nombre en cada esquina; las drogas están a la vista de todos, con fuerza en las rutas llegaron a los barrios y, lo más grave, el gobierno o tiene infiltrados o es parte del asunto.
Lo que está claro es que, en Salta, falta un diagnóstico riguroso del flagelo. El gobierno no parece comprender la gravedad del problema y no hay una política clara. Eso se nota. Por el contrario, lanzaron discursos consoladores y en la forma más brutal en boca de algunos funcionarios la directa negación. En lugar de admitir que la situación es novedosa y compleja, prefieren ponderar "grandes esfuerzos". La realidad, en tanto, se los lleva puesto.
El blindaje que el Gobierno paga a operadores mediáticos, es cada vez más caro y solo se limitan a repetir lo que dice el gobierno, sin aportar un mínimo de contenido a la situación. El asunto puede ser grave si los que gobiernan se informan e informan a sociedad con discursos sin contenido y con un acérrimo blindaje.
Salta necesita una estrategia seria, basada en un diagnóstico real de la situación y no en un cerco mediático y publicidad que busque ocultar lo que todos ya sabemos: que el narcotráfico crece, se infiltra y golpea con más fuerza.