“Duerme, negrito duerme”: Del rebencazo al aplauso y de Miami a Tucumán

12/07/2024 J.A.
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Como un trámite pendiente, que no importa la fecha en que se le pone la firma; como un juego de niños donde todos son partes y cómplices de recrear un drama con el fin último de satisfacer a un niño caprichoso; como la disputa permanente por el sentido de la historia. Así fue la noche del Pacto de Mayo que tuvo su firma, la noche del lunes, aunque hayan demorado dos meses. La incongruencia quedará como un dato de color para los libros de historia.

Quien se tomó a pecho que era un juego, que había que asumir un rol, recrear un personaje y avanzar en el tablero de la negociación política fue el salteño Gustavo Sáenz. Para él, esta partida no es nueva. La supo jugar con Mauricio Macri cuando fue intendente, con Alberto Fernández en su primer mandato como gobernador y no pierde de vista el objetivo con Javier Milei. Aunque para la noche del 9 de julio llegamos tarde; la partida finalizó tiempo atrás. Sino, hay que repasar las votaciones de los legisladores salteños que le responden al oficialismo provincial en el tratamiento de la Ley Bases: Pamela Calletti, Pablo Outes y Yolanda Vega fueron la tregua de paz.

La salida de Flavia Royón, la suspensión de los fondos que garantizaban la continuidad de la obra pública, las chicanas públicas e insultos groseros del presidente a Sáenz, el rol de Guillermo Francos mediando, la reciente reactivación -pero parcial- de algunas obras, son parte de una larga novela de amores, dramas acuerdos -y un pacto- e intenso primer medio año de gestión. Fue difícil no sólo para el gobernador local comprender el juego del presidente; sino también para Milei saber que el arte de la política es construir consensos, aceptar que uno debe ceder y que los tiempos de todos no son siempre los de uno (aunque esta cronista se cuestiona si es que el presidente llegó a esta conclusión o si, más bien, confió en que sus operadores políticos rosqueen a su manera, aunque sea en contra de su pensamiento y voluntad política). La foto de los 18 gobernadores pone así de manifiesto un logro para el gobierno. La pregunta es ¿qué logro?

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Javier Milei junto a los 18 gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo.

A rebencazos y aplausos

“Espero que esto sea el puntapié inicial para una nueva Argentina, donde pensemos y prioricemos a los que más están sufriendo, los jubilados y la clase media, todos los que están esperando un cambio en el gobierno”, dijo Gustavo Sáenz, interceptado por medios en su llagada a Tucumán el lunes pasado. La frase resume muy bien ese caparazón que construyó el mandatario para recubrir su apoyo camuflado a Milei. Durante la Ley Bases esquivó el debate que plantea el RIGI respecto a la política extractivista y de grandes inversiones o la reforma laboral, por mencionar algunos ejemplos, y plantó como bandera los impuestos que evitaban pagar algunas tabacaleras. En el pacto, bajo la importancia de “darle las herramientas”, le sonríe al gobierno nacional, pero asegura que en su pliego de reivindicaciones los salarios miserias de los jubilados, el FONID de los docentes y los fondos del transporte público -por citar algunos-, están en su pancarta de exigencias. Dice que doblegará a cualquiera a “rebencazos”, pero solamente se ven fotos sonrientes, aplausos y firmas. Como dijimos, sabe jugar este juego.

Bien reconoce que entre ambos - Sáenz y Milei- hubo “muchísimas idas y vueltas”, pero siendo funcional a la pantomima del pacto, auguró "un cambio" a partir de este 9 de julio. Cambio que esta cronista podría jurar que el gobernador sabe bien que no llegará y que, más que prestarse a un cambio, se entrega al teatro que busca recrear Milei. El gobernador y el presidente ya negociaron los buenos términos de la relación, esto fue sólo una firma casi testimonial.

"A mí nadie me dice cómo vengo. Vengo con Güemes en el corazón siempre. Con el poncho salteño que significa la sangre que dejaron nuestros gauchos", le contestó el gobernador a un periodista al ser cuestionado por no cumplir con el protocolo de vestimenta, que imponía portar un traje negro. Con el poncho en el hombro, buscó imponer la rebeldía, de un hombre que obede, citando al "Pacto de Güemes" que -con perdón del héroe gaucho- no influyó en nada en los diez puntos del acuerdo nacional. Sin embargo, Sáenz sirvió para salir a pegar a otros, como Mauricio Macri, a quien le apuntó en redes sociales cuando el ex presidente quiso discutir la coparticipación en defensa de su primo, Jorge Macri, Jefe de Gobierno en CABA. Difícilmente Sáenz se haya metido en el debate nacional sin el expreso pedido de la Casa Rosada que ve cada vez más alejado al presidente del PRO. 

-¿Está seguro de lo que va a firmar, gobernador?, preguntó un movilero.

-Estoy seguro de lo que voy a firmar porque no es nada extraño, dijo el mandatario con vos aguda, casi como si fuera una obviedad que los puntos del Pacto de Mayo no implican nada para él y tiene algún valor significativo más que para el mundo liberal libertario con el que sueña el presidente.

Auspicia el viaje ¿Alfredo Olmedo?

Pero lo que tuvo que ser un trámite, le costó una postal bochornosa al gobernador que no pudo disimular el cansancio que portaba. Las bajas temperaturas, 40 minutos de discurso y el descuido de pensar que por estar en las últimas filas le valdría pasar desapercibido -de hecho, por no haber cumplido con la consigna del dress code-, sumaron al cóctel que dio por resultado unos minutos de sueño profundo y ser foto de portales como Clarín y hasta en el medio más recóndito del país -menos en Salta, donde el blindaje mediático es un cerco casi impermeable-. "El norte es un gigante dormido...", es la frase que suele repetir el mandatario casi como un cliché.

Sin embargo, otros medios como La Política Online explicaron el por qué del sueño del mandatario. Según el portal, Saenz habría viajado "secretamente" desde Miami, donde se disputa la Copa América, hasta Tucumán, donde lo esperó el avión privado del ex presidente del Parlasur, armador de La Libertad Avanza en Salta y financista de Emilia Orozco en Salta, Alfredo Olmedo. Sabido es que el productor sojero y de aceite de oliva dispone de una fortuna que le permite contar con este tipo de transportes, sin embargo, ¿qué tan grande es su generosidad para habilitar su avión a quién dice ser su rival político? ¿O será que, como dijimos al principio, este enfrentamiento político sólo es parte de un teatro de enemistades que generan réditos políticos?

Gustavo-Saenz-y-Alfredo-Olmedo

Duerme, negrito duerme...

Un 9 de julio también nacía Mercedes Sosa y su recuerdo reflota cada Día de la Independencia como insignia de rebeldía, de soberanía, de Patria. La postal tan replicada a lo largo y ancho del país del mandatario salteño dormido parece bien acompañarse por una canción que, si bien escribió Atahualpa Yupanqui, encuentra en Sosa una versión que toca el alma. "Duerme, duerme, negrito duerme", parece decirle "la Negra" al gobernador, quizás cansado de viajar, quizás extenuado de negociar obras para su provincia, quizás desgastado de tanto comprometer a tus diputados, a sus ministros y funcionarios a las disposiciones nacionales.

Sin embargo, no debe el gobernador dejarse tentar por la voz inigualable de esta mujer, sino más bien, prestar atención a la advertencia que le deja en esta canción de cuna: 

"Y si el negro no se duerme

Viene el diablo blanco

¡Y zas! Le come la patita

Chicapumba, chicapumba

Apumba, chicapumba".

Cabe preguntarse, entonces, ¿quién es el diablo blanco? ¿Ya no hay codornices, rica fruta y carne de cerdo que negociar? ¿Debe dormirse el gobernador? No se relaje, negrito...

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La siesta de Sáenz en la firma del Pacto de Mayo.

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