Empezó el mundial de las pibas: El fútbol sin glamour de las mujeres sin brillitos
Se disputó el primer partido de Argentina en el mundial de fútbol femenino. A las 3 A.M. Argentina, perdió 1-0 frente a Italia, un equipo difícil y con un acompañamiento polémico por parte de una hinchada acostumbrada al fútbol de varones. Estados Unidos debutó ganando contra Jamaica, Alemania y Brasil también ganaron.
General25/07/2023 Melina Sánchez/ Victoria MatosEl debut del team nacional también nos da el puntapié para realizarnos algunas preguntas acerca de la desigualdad de género en el deporte, dado que nuestra hinchada tiene mucha cultura en lo que al fútbol masculino pero es nuevita en esto de alentar a las mujeres. "Si nos tocaba perder, esta era la mejor manera. Me voy tranquilo, con mis jugadoras porque lo dejaron todo. Vinimos a jugar un Mundial, no solo un partido. Debemos dar vuelta la página", señaló el DT Germán Portanova para respaldar a sus dirigidas.
En los países como el de las actuales campeonas, Estados Unidos, hace décadas, al deporte más conocido del mundo, el “soccer” lo juegan desde las niñas más pequeñas, pero en la afición general del gigante del Norte, nuestro fútbol no cuenta con gran audiencia y el fanatismo está puesto en las ligas mayores de béisbol o en la NFL, la liga del fútbol americano. Aunque el nombre de Megan Rapinoe resuena fuertemente, tanto dentro como fuera de la cancha, porque es una activista por los derechos sociales.
Conocidas actrices han jugado al "soccer" en cualquier serie teen, y no ha despertado eso ninguna controversia porque se trataba allí simplemente de retratar la vida cotidiana de países que finalmente hacen más películas que fútbol.
Este es el primer mundial en el cual las jugadoras de todas las selecciones van a cobrar un sueldo con una base de 30.000 dólares que irá en aumento de acuerdo a las fases que pasen. La igualdad salarial todavía está lejos, pero se dice que la FIFA aspira a ello en los próximos cuatro años.
El primer partido rompió récords de asistencia de público, sin embargo, a las mujeres y a las disidencias siempre se les pide más… Para Argentina, este es el cuarto mundial con interrupciones en el medio, el primero después de la profesionalización nacional del fútbol apenas antes de la pandemia.
¿Cómo llega anímicamente la selección al partido del lunes? Recorramos un poco nuestra historia
Hay muchos hitos en el fútbol femenino mundial en general y argentino en particular que resultan desconocidos para la media de les que sí somos hinchas del fútbol masculino desde la cuna, pero realmente no tenemos cultura de fútbol femenino, en gran medida porque no es eso de lo que los medios hablen habitualmente, ni aquello que alienten las políticas deportiva.
Sin embargo, en lo que sí tenemos cultura es en la opinión. Les argentines opinamos mucho, obviamente opinamos de fútbol –y de política- más que de cualquier otra cosa, opinamos, por ende, de fútbol femenino también, pero, nos faltan algunos datos, en principio, caer en la necesaria cuenta de que debiéramos considerar como primer punto, que el fútbol femenino de alta competición, tiene forzosamente, otras características. Entonces, ¿por qué tendrían las jugadoras de la selección que cargar con las críticas de una hinchada que le impone las cargas de la historia de “la otra selección”, a saber, la masculina?
Estas no son mujeres con brillitos, estos no son cuerpos hegemónicos, estas niñas cambiaron barbies por el fútbol… Ahí tenemos a una Estefanía Banini, que se tuvo que ir del país para poder jugar, y que se rompe la cabeza pensando en “formas más equitativas del fútbol”, “en un fútbol más sano”, en “las nuevas generaciones”. Y ahí también está una “polémica” Yamila Rodríguez, por opinar, por ser, por sus tatuajes. Tenemos también a una Vanina Correa, con el cuarto mundial en sus espaldas, madre de mellizos- como Lorena Benítez-. Vanina creció jugando al fútbol con varones, con sus hermanos en el barrio, y desde pibita le dijo a su padre que alguna vez sería futbolista de la selección. Vanina además trabaja en su pueblo en la promoción del fútbol infantil – juvenil en el Programa Ellas juegan. Y ya aparece un recambio generacional con jugadoras de 17, 19, 20 años. Baste con esas cracks, por ahora, para ilustrar este momento mundialista.
Las chicas de la selección y las redes sociales
Lo que por estos días sufren las jugadoras, es el peso de los haters en las redes, sobre todo de los machistas, como si el fútbol sí soportara la polémica en el universo masculino, pero no la del mundo femenino, porque no, “porque es mujer, y mejor que no diga nada con sus tatuajes, ni con sus twitts”. No vienen de años fáciles tampoco, han dado luchas titánicas por la profesionalización de la selección femenina, que empiezan a encontrar en este mundial una respuesta positiva, pero que en el camino, dicho esto en palabras de Estefanía Banini, por ejemplo, han sufrido la pérdida de muchos talentos futbolísticos femeninos, por falta de políticas deportivas direccionadas a conformar un semillero de nuevas jugadoras.
En esta ocasión, llegamos a Nueva Zelanda con un plantel, en parte conformado por jugadoras ya consagradas como la ganadora de la Copa de la Reina este año, que se despide de la selección ahora; pero también con promesas adolescentes, “y eso da esperanza”, dice Banini.
En la biografía de varias de las jugadoras de la selección, las actuales, y las pioneras, como la histórica Elba Selva, aparece una característica en común en lo que respecta a su formación: crecieron jugando al fútbol con varones, en el potrero. Y este elemento en común, que por un lado, da por tierra con los prejuicios de mucha gente en relación con el género, y que por otro, la jugadora más conocida de la selección, recupera en una propuesta de política futbolística: un juego mixto. Y en esa proyección a futuro lo que sucede es que se neutralizan los pruritos, pero además se piensa en otro tipo de sociedad, dice Banini, se es coherente además con la historia real de muchas de las que dieron la pelea para que se las deje jugar.
No hay tradición de fútbol femenino en nuestro país. Eso se nota y tampoco hubo ningún interés en desarrollarlo. Y el mundial femenino hace treinta años que se hace y siempre nos fue mal, a veces ni siquiera clasificamos, y eso es porque el argentino promedio y las instituciones entienden al fútbol en una clave masculina. Contrario a lo que pasa en Estados Unidos y los mismos países que son potencia. Y no es casual que los mismo países que son potencia coincidan con el fútbol masculino. A Brasil le va bien, a Alemania le va bien, a Inglaterra más o menos, pero hasta ahí, entonces, ¿es un problema del típico machismo nacional?
Muy contentas con el rendimiento de las chicas, sabíamos lo difícil que era ganar en esa cancha, y fue un partido reñido. Ellas merecen que seamos su hinchada, al fútbol femenino en Argentina no lo sacan adelante solo sus jugadoras, sino políticas de inclusión acompañadas de políticas de inversión, pero además, la afición futbolera.
Los horarios y los haters no acompañan, pero nosotrAs sí, hinchamos por la selección.
¡Vamos, vamos las pibas¡ ⚽