“Vigilar y torturar”
El crimen irresuelto de Jimena Salas y la detención de los hermanos Saavedra el 20 de septiembre del 2022, acusados de ser los autores del mismo, volvió a exponer el accionar ilegal de los encargados de investigar y administrar justicia en Salta.
General19/05/2023 *Alejandro AhuermaEl lunes 15 de mayo en el programa “Foja Cero” conducido por el periodista Ángel Mansilla, se anunciaba un contenido dedicado al narcotráfico con una entrevista exclusiva del Procurador General de la Provincia, Pedro García Castiella, pero en el final del primer bloque el conductor anunció que iba a preguntarle al procurador sobre las “novedades” del caso Jimena Salas, que tenía 3 nuevos detenidos cuando parecía que el crimen iba a quedar impune, derivando en un reportaje donde Castiella se dedicó a alabar a un grupo de investigadores jóvenes que habrían llevado a cabo la pesquisa y las detenciones, sin hacer referencia alguna al modo brutal en que se llevó a cabo la detención de Javier Saavedra, alias “El chino”, detenido de manera violenta por tipos de civil en vehículo sin patente, tal como lo hacían los grupos parapoliciales de la triple A y de la dictadura, donde le aplicaron todo tipo de apremios ilegales con el fin de que se hiciera cargo del crimen de Jimena Salas.
LOS APREMIOS ILEGALES Y LAS TORTURAS EN EL CIF
“Tenemos tu ADN”
El relato del propio Javier Saavedra, volcado en las hojas de un cuaderno que logró filtrar desde la Alcaldía donde permanece detenido, es un viaje al espanto. Durante todo el viaje fue apremiado física y psicológicamente, hasta acusado de haber querido matar al chofer del “grupo de tareas” enviado por el procurador a detenerlo, entre otras barbaridades, le decían que ya tenían su ADN, que ya había perdido, que se confiese culpable, pero lo peor iba a llegar al entrar al edificio del CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales).
Según el relato del propio Javier Saavedra escrito de puño y letra en primera persona, los agentes que lo trasladaron se turnaban para golpearlo y apretarlo durante todo el traslado entre los que se encontraban el encargado de la investigación, el oficial Colque y los más encarnizados oficiales, uno apodado “Mbapé” y un tal Ruso, desde su detención en Santa Victoria hasta Salta, donde lo esperaba la peor parte; allí sería torturado nuevamente, esta vez ante la presencia del Jefe de Investigaciones de Homicidios del CIF, quien, vestido formalmente, con lentes oscuros y peinado engominado, después de ver cómo lo golpearon y patearon en el piso y le hacían lo que en la jerga parapolicial llaman “El submarino”, (ahogar con agua para que te desesperes) ordenó que cesaran con la tortura para quedarse a solas con el detenido.
Se presentó: ”Soy Harry, el jefe de Homicidios”. Su madre, Ana María Simón, logró meses después averiguar la verdadera identidad del funcionario, tras recorrer varias oficinas donde le negaban la información, logró saber que se trataría de Pedro David Añazgo, quien habría sido el propio testigo de las torturas aplicadas a su hijo el 21 de setiembre del 2022 en las propias oficinas del CIF.
Luego de las torturas le tomaron huellas digitales y de sus manos varias veces, al preguntar uno de los oficiales porqué le tomaron tantas muestras, el que las tomaba, riéndose le contestó: “Ya vas a ver”.
LA DENUNCIA
Por estas torturas ya fue presentada la denuncia ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos). La misma la presentó el padre Martín Caserta, con el patrocinio del Dr. Carlos Antonio Romano. A continuación mostramos eL encabezamiento para dar muestra de que lo relatado mas abajo está denunciado internacionalmente y no redundar.
*Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
De forma y con el mayor respeto.
Peticiona sobre violación a los Derechos y Libertades consagrados en la Convención Americana de Derechos Humanos, incumplimiento al Orden Local, Derecho a la Libertad, Derecho a la Integridad personal, Protección de la Honra y Dignidad, Tortura y Apremios Ilegales, Protección Personal y Debido Proceso.
ESTADO MIEMBRO DE LA OEA CONTRA EL CUAL SE PRESENTA LA PETICIÓN
República Argentina
*(Encabezamiento de la denuncia)
UNA VIEJA COSTUMBRE
Cabe destacar que este “modus operandi” del accionar policial y judicial, se viene repitiendo ya desde hace años en las más resonadas causas llevadas a cabo por la justicia y sus grupos de tareas.
Por dar un ejemplo debemos recordar que del mismo modo actuaron oficiales de la brigada cuando detuvieron a varios de los acusados por el crimen de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, por orden del Juez Martín Pérez, quien investigaba la causa y terminó realizando una instrucción vergonzosa y plagada de ilícitos, permitiendo no solo las torturas a los detenidos, entre los que se encuentra Gustavo Lasi, quién declaró haber sido torturado en la Brigada de investigaciones y denunció que en una de esas sesiones de tortura se le extrajo semen con el que plantaron su ADN
Sin olvidarnos del modo en que plantaron un revólver en la casa de un jardinero y los plomos en el mirador, todo con oficiales de la Brigada de Investigaciones, y bajo las órdenes del entonces Secretario de Seguridad Aldo Rogelio Saravia.
En su relato, Javier Saavedra deja testimonio que el jefe de Investigaciones en un momento le pregunta si sabía quién era él, (hasta entonces solo Harry) y ante la negativa, le aclara, que fue quien “Resolvió” el crimen de las francesas.
Un crimen aún irresuelto y con dos perejiles presos y condenados a perpetua, donde también se plantaron ADN, se trucharon fotos y se negó información fundamental para que no se sepa con quién estuvieron en compañía las sociólogas asesinadas en la Quebrada de San Lorenzo.
PERFIL DE JAVIER “EL CHINO” SAAVEDRA
“¿Qué hizo Usted el mediodía del 27 de enero de 2017? ¿Dónde estaba?
El día y hora del crimen, el GPS de su teléfono lo ubica en su casa y en Villa Floresta, (zona sureste de la ciudad de Salta) donde organizaban actividades en un merendero, ni cerca de la casa de Jimena Salas, ubicada en la localidad de Vaqueros.
Pero para conocer bien quién era y qué hacía Javier Saavedra en todos estos años cuando pasaron 6 años del crimen que se le inculpa, caminamos con su madre por las calles de Santa Victoria Este recorriendo los lugares donde trabajaba su hijo, buscando testimonios de personas que conocían a Javier; el camino se extendió a varias comunidades, ya que si bien en el pueblo varios conocían la labor solidaria que llevaba a cabo junto a otros voluntarios en la parroquia San Ignacio de Loyola, donde el padre Martín Caserta es párroco, pocos quisieron dar testimonio seguramente por temor a futuras represalias.
Sin embargo en las comunidades a donde fuimos a preguntar si podían darnos referencias de la actividad de Javier Saavedra, logramos que varios referentes de sus comunidades dieran sus testimonios emocionados y dolidos por la situación que atraviesa uno de los voluntarios más queridos de la zona.
Lejos de intentar escaparse al extranjero (el límite con Bolivia queda a solo 7 km.) durante los 5 años y medio que pasaron del crimen, trabajó solidariamente con las comunidades y dejó la mejor impresión ganándose el cariño incondicional de sus miembros, no solo llevando agua segura y consiguiendo luz para alguna comunidad, sino promoviendo talleres de música, escuelitas de fútbol y trasladando niños enfermos al hospital o a la escuela cuando no tenían como trasladarse desde los parajes más olvidados del norte de la provincia de Salta.
TESTIMONIOS
La pregunta siempre fue la misma para cada entrevistado: -¿Qué nos puede hablar sobre Javier Saavedra?
Ángel Pérez, Cacique de la etnia WICHI, de la Comunidad las Moras II. "Siempre estamos orando por él, porque siempre trabajó para acá, porque nosotros no tenemos agua, él traía agua a la comunidad. No tenemos nada acá y la iglesia traía siempre alguna cosa para ayudar a los chicos, a veces los chicos no van a la escuela porque la escuela queda muy lejos de acá, y él los llevaba, los venía a buscar y los llevaba. También le agradecemos a él que pidió a EDESA los cables para que tengamos luz en la comunidad, porque siempre era muy peligroso vivir aquí sin luz por la cantidad de víboras", destacó.
Dalila Pérez, de la etnia WICHI, de la Comunidad las Moras II: "A Javier lo conocemos desde el comienzo en que nos ayudó en todo momento, a veces no tenemos para ir al hospital y él nos ayudó para llevar los chicos al hospital. Acá no tenemos casi nada y él está siempre a la hora que sea ayudándonos. Hay veces lo poco que podemos conseguir día a día no nos alcanza y él está ahí ayudándonos con mercadería a todos nosotros. Acá en la comunidad lo extrañamos mucho, los chicos han crecido con él, preguntan por él, ¿Dónde está? ¿Porqué no viene? Y acá se extraña a Javier, nos duele muchísimo la situación que está pasando porque él ha estado con nosotros y confiamos en Dios que todo va a salir a la luz, desde aquí estamos haciendo oraciones, porque dios es el único que va a hacer justicia, lo bueno va a salir a la luz, aquí estamos muy tristes por él".
Dalila Pérez, de la etnia WICHI, de la Comunidad las Moras II
Alejandro Díaz, músico de la Comunidad de la etnia Chorote de la Comunidad Pomis Jiwet (Tierra de tambores)
"A Javi lo conozco de un día en que vino mi hermano mayor Feliciano Díaz, estaba acompañando a las hermanas en otras comunidades, él le mostró un arpa paraguaya de 36 cuerdas, le contó que le gustaba la música y familiarizaron por el tema de la música. Mi hermano me contó que vino con las hermanas franciscanas visitando las comunidades, hasta que un día lo visitamos en la casa de las hermanas y familiarizamos con el tema de la música, después venía a la comunidad a compartir la música y le pedí apoyo a la iglesia para la comunidad y él nos ayudaba. Quiero agradecerle a Dios que también nos acompañó, yo soy referente franciscano también de esta comunidad y venía a compartir y jugar con los niños, después ya teníamos comunicación presencial o por teléfono de acuerdo a sus tiempos. Javi me acompañó en la melodía del Himno Nacional con su teclado, los niños cantaban con su música, la presentamos en diferentes actos. El martes nos invitaron a la escuela del Cañaveral y vamos a tocar con el mismo instrumental que él tocaba, donde vamos siempre usamos ese material y siempre lo llevamos en nuestro corazón y sabemos que un día va a estar con nosotros, esperamos que vuelva al Chaco (salteño) porque dijo que nos va a acompañar siempre, no solo materialmente sino espiritualmente. El punto principal es que es una buena persona y que nos acompañó siempre. Eso es Javi".
Andrea Díaz, de la etnia Chorote de la Comunidad Pomis Jiwet (Tierra de tambores)
"A Javier Saavedra lo conocí por mi tío Fidelino, trabajando en la música, y ahí nació nuestra relación de amistad, por la música y por algunos trabajos en que nos ayudó mucho, siempre veía por el bien de los chicos, de gran ayuda para nosotros. Ojalá se pueda hacer justicia por él y sus hermanos y se haga justicia por Jimena Salas, que sea todo transparente y salga la verdad a la luz".
Fidelina Díaz, vocera de la etnia Chorote de la Comunidad Pomis Jiwet (Tierra de tambores)
"Un día como hoy quisiéramos estar presentes en esta causa, una causa injusta en contra de Javier Saavedra, refiriéndome a Javier como persona, como lo es, Nosotros como pueblo originario, más precisamente como comunidad Pomis Jiwet, lo hemos tratado como un hermano más de la comunidad, siempre ha estado acompañándonos en actividades culturales, en actividades relacionadas a asistencia también, y en lo poco que conozco a Javier, desde lo más profundo de mi sentimiento, sé y creo en la inocencia de este hombre, y quiero creer estado en democracia, que se dé con el paradero de la verdadera persona que hizo tanto daño, no solamente a la familia, sino a las personas que queremos, a las personas que se han sentido acompañadas por él, más allá de las acusaciones de distintas personas que están al borde de los comentarios, que se encienden con eso y no buscan la verdad.
Nosotros como comunidad creemos en la inocencia de Javier, me atrevo a decir y romper el silencio para pedir justicia por la familia Saavedra y pedir justicia por Jimena Salas, que la justicia investigue realmente porqué.
Lo que yo siento es que no solo nosotros, sino mucha gente se siente tocado por lo que está pasando. A mi entender, por lo que veo en esta causa, es como que quieren tapar algo, es lo que yo siento como mujer originaria y por lo que hemos compartido, me llega a mí un dolor profundo porque casualmente las últimas semanas compartimos cosas tremendas que pasan monte adentro, recorrimos a 60 km del pueblo las comunidades que no tienen agua ni luz, compartimos los trabajos de ayuda que vinimos haciendo.
Quiero a nivel personal romper este silencio, que este aporte si sirve de algo, mi cariño sincero hacia él, que se haga justicia, pedimos que se dé la verdad y repudiamos el agravio contra los derechos humanos de Javier y sentimos como propio el agravio que se hizo hacia él, como referente de la comunidad quiero reafirmar la inocencia de Javier y pedir que se haga justicia".
Ana María Simón junto a Fidelina Díaz, Comunidad Pomis Jiwet
*Alejandro Ahuerma
Fotógrafo y periodista
DNI: 16.735.230