“Portal del Cielo”: fe, espectáculo y poder en la inauguración del nuevo templo evangélico en Chaco

General04/07/2025 Nacionales
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Con una puesta en escena multitudinaria y un discurso centrado en los milagros, la prosperidad y el “mover del Espíritu”, la Iglesia Cristiana Internacional inaugura en Resistencia, Chaco, su nueva sede central: un mega templo llamado “Portal del Cielo”. El evento marca un nuevo paso en la expansión territorial y simbólica del movimiento evangélico en Argentina, en un contexto donde la fe también opera como plataforma de poder.

Desde su sitio oficial, la iglesia fundada por los pastores Jorge y Alicia Ledesma anuncia la inauguración como el inicio de “un nuevo tiempo” y convoca a miles de fieles a participar en la Convención Mundial de Invasión del Amor de Dios, que se extenderá hasta el sábado 5 de julio. La entrada es gratuita y el mensaje, seductor: promesas de sanaciones milagrosas, testimonios en vivo, “intimidad con Dios” y un ambiente de fervor colectivo guiado por el ministerio musical internacional New Wine.

Fe y estrategia

La Iglesia Cristiana Internacional fue fundada en 1994 con apenas 12 personas. Hoy, según sus propias cifras, congrega más de 25.000 asistentes semanales y cuenta con una membresía de 50.000 personas. Su crecimiento no es casual: combina discursos emocionales con estructura empresarial, redes logísticas bien aceitadas, y una fuerte presencia en barrios populares y zonas de alta vulnerabilidad social.

A diferencia de otras expresiones religiosas tradicionales, el movimiento evangélico se expande allí donde el Estado se retira. Brinda contención espiritual, ayuda alimentaria, espacios de escucha, incluso asistencia para personas con adicciones. Pero también forma subjetividades, moldea discursos y ofrece respuestas simples a problemas complejos, muchas veces en clave conservadora, moralizante y antiderechos.

¿Un templo o una plataforma de influencia?

La inauguración del “Portal del Cielo” no es solo una celebración religiosa. Es también una muestra de poder simbólico y territorial. El mensaje es claro: la Iglesia Cristiana Internacional no solo predica, también ocupa, construye, convoca, influye.

La estética del evento —con luces, bandas, testimonios en escena, lenguaje de masas— se asemeja más a un show que a un acto litúrgico tradicional. Pero esa espectacularidad no es superficial: es parte de una estrategia de penetración cultural que ha demostrado ser efectiva, sobre todo entre jóvenes, sectores populares y personas que atraviesan situaciones límite.

En ese marco, la neutralidad política del movimiento es al menos discutible. Aunque muchos líderes evangélicos niegan intenciones partidarias, su influencia ya es notoria en decisiones públicas, en debates legislativos clave (como el aborto, la educación sexual o la agenda de género), y en alianzas con sectores del poder.

El precio de lo sobrenatural

Desde la iglesia afirman que miles de personas han sido “sanadas milagrosamente, liberadas de las drogas y prosperadas sobrenaturalmente gracias al amor de Dios”. Ese tipo de relato, sostenido en la fe, tiene una potencia emocional innegable. Pero también plantea interrogantes: ¿qué lugar queda para la salud pública, para las políticas sociales, para los derechos?

En un país atravesado por la pobreza, el desempleo y el desencanto político, las promesas de bienestar espiritual se convierten en herramientas de atracción. Pero también pueden ser puertas de entrada a modelos de pensamiento que desprecian lo colectivo, culpabilizan al individuo por su sufrimiento y ofrecen soluciones mágicas donde deberían intervenir políticas públicas reales.

El “Portal del Cielo” se abre en Chaco. Pero detrás de las luces y los cantos, se despliega un proyecto mucho más terrenal: construir poder. Y ese poder, cada vez más visible, merece ser debatido con la misma profundidad con la que se escucha un rezo.

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