Crimen de Fernando Báez Sosa: Las risas de los acusados en pleno juicio 

Durante el día miércoles, se llevó a cabo la tercera jornada de juicio en contra de los 8 rugbiers que mataron a golpes a Fernando a la salida de un boliche en Villa Gesell. Algo que llamó la atención y el enojo de muchos, fue la risa de los acusados cuando nombraron a Pablo Ventura como testigo. ¿De qué se ríen, hijos de...? preguntó enfurecido Fernando Burlando, abogado de la familia Báez.

General05/01/2023Flavia PachecoFlavia Pacheco
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En el Tribunal Oral del Crimen N° 1 de Dolores, brindó su testimonio Pablo Ventura, el joven fue acusado por los imputados como el autor del crimen, a pesar de que no tenía relación ni vínculo con los ocho rugbiers. Esto lo llevo a pasar 4 días preso, aunque ni siquiera se encontraba en el momento del hecho.

Luego del cuarto intermedio, una periodista le mencionó a Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, que "los imputados interactuaron mucho entre ellos y se rieron incluso cuando nombraron a Pablo Ventura como testigo". 

Esto sin lugar a dudas, no cayó nada bien y Burlando respondió enfurecido: "Estoy a muy corto tiempo de empezar a insultar a todo el mundo. Yo pregunto, ¿De qué se ríen, hijos de...?".

"No se pueden reír de nada", aunque se trate de una cuestión que no esté relacionada con el juicio. "Esto es un templo, es la sala de audiencias, y donde están los papás de Fernando. Si hicieron eso son unos reverendos hijos de..., realmente", sentenció.

¿Qué declaró Pablo Ventura, el remero acusado por los rugbiers?

El joven de 24 años se encontraba en su casa en Zárate cuando fue detenido por la policía y trasladado a Campana. "Me dijeron que como tenía que ir a Gesell por un asesinato me esposaban. Cuando llegué, yo preguntaba por qué estaba ahí. Yo no estaba enterado", explicó en Pablo Ventura, en la audiencia.

"Me dijeron que era imputado como principal culpable de lo que había sucedido, después estuve cuatro días incomunicado", continuó narrando. "Yo estaba ahí porque alguien me había inculpado, eso me dijeron", sostuvo en su declaración, sobre cómo había llegado a aparecer su nombre entre los homicidas.

En este sentido, explicó que el expediente no dice quién lo nombró, aunque en chats con un amigo estima que fue Lucas Pertossi. "Porque alguien me nombró, nunca supe quién fue. Después de lo que ocurrió no pude salir tranquilo a la calle. La gente me reconocía. Perdí la privacidad", lamentó Ventura.

Previamente, había aclarado que con los acusados nunca tuvo "ningún tipo de trato, solo de vista, nunca una relación de amistad con ninguno". "Con uno nos mirábamos mal, con Lucas Pertossi, solo eso", explicó y luego agregó: "En Zárate, los vi pelear en grupo varias veces en salidas de boliches. Siempre, en grupo de personas. Tres, cuatro, cinco, cinco contra uno, o dos personas... Siempre eran mayoría", declaró.

Por otra parte, el jefe de Seguridad de Le Brique, Alejandro Muñoz también declaró en el juicio.  “A Máximo Thomsen lo tuvimos que sacar entre dos porque yo solo no podía, estaba muy agresivo”. En contraposición, al consultarle por la salida de Báez Sosa, sostuvo que estaba muy tranquilo.

"Fernando estaba muy tranquilo. Le dije que lo sacábamos y me dijo que salía solo y lo acompañé". Según el testimonio de los tres empleados que declararon este miércoles, cerca de las 4:30 de la madrugada del 18 de enero de 2020 hubo una pelea en el centro de la pista de baile. "Se armó una pelea y cuando bajo lo veo a Fernando y a uno de los chicos peleando. Agarro a uno de los rugbiers y Fernando le pega", aseguró. Según reconstruyeron los testigos, el rugbier en cuestión sería Thomsen, mientras que Cristian Gómez, el otro empleado que declaró, aseguró que también Matías Benicelli era parte de la pelea "agrediendo a todo aquel que estuviera cerca e identificara como rival".

En sus declaraciones, los empleados de seguridad se excusaron de posibles responsabilidades ante los hechos al señalar que cumplieron el protocolo de separar a los grupos que se pelean y sacarlos del lugar por puertas diferentes, aunque varios de los amigos de Fernando habían asegurado que en el momento del ataque pidieron ayuda de ellos y no obtuvieron respuesta. 

Muñoz contó que, en efecto, estaba en la puerta del boliche cuando ocurrió la agresión y que vio todo desde ahí. Con la voz quebrada señaló sobre el ataque que "en veinte años de laburo nunca vi nada igual". "Vinieron los rugbiers y la gran mayoría fue a pegarle a Fernando mientras otros sacaban a los demás", afirmó y agregó que el ataque a puras patadas fue con "saña".

 

 

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