En el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, diversas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos convocan a conmemorar el próximo 24 de marzo, fecha emblemática que marcó uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina: el golpe de Estado de 1976. El 24 de marzo en el testimonio de Pedro Román Salva.
La convocatoria principal se llevará a cabo en Plaza de Mayo, epicentro de las manifestaciones históricas, mientras que en Salta la cita es en la plaza 9 de julio, a las 10 am, para marchar hacia El Portal de la Memoria (Avenida Irigoyen y San Martín), dónde se leerá el documento que nos convocan junto a algunas participación artística.
Bajo el lema "Memoria, Verdad y Justicia: Nunca Más", la jornada buscará rendir homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado. Uno de los objetivos de la jornada es recordar para que sus historias no caigan en el olvido y para que las nuevas generaciones conozcan la verdad sobre lo sucedido.
Además, exigir el esclarecimiento de los crímenes cometidos durante la dictadura militar, así como también la identificación y el castigo a los responsables de dichos actos, para que se haga justicia y se cierre el capítulo más oscuro de nuestra historia.
"Reafirmamos el compromiso con la búsqueda de justicia y la defensa de los derechos humanos, garantizando que los crímenes de lesa humanidad no queden impunes y que se respete el derecho de las víctimas y sus familias a la verdad y la reparación", indica un comunicado firmado por organismos de DDHH de Salta, integrados por la Mesa de Derechos Humanos ( Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales, H.I.J.O.S. en la red, Asociación de DDHH Lucrecia Barquet, Asociación de DDHH Coca Gallardo), Liga Argentina por los DDHH y Asociación Dr. Miguel Ragone).
La lucha de Pedro Román Salva por Justicia
El 18 de julio de 1981 marcó un antes y un después en la vida de Pedro Román Salva. Con tan solo nueve años de edad, fue arrancado de su infancia por un acto de brutalidad que aún resuena en su memoria como un eco lacerante. Junto a otros cinco niños, fue detenido por la policía de Salta mientras jugaban en el chasis de un auto, acusados injustamente de delitos que jamás cometieron.
Las secuelas de aquel trauma aún perduran en la vida de Pedro. Después de 4 décadas de silencio, Pedro decidió alzar su voz en busca de justicia y reparación. Con valentía y determinación, se enfrentó al sistema, demandando un gesto de reconocimiento por parte del Estado.
En sus palabras, resuena la necesidad imperiosa de un pedido de disculpas, un reconocimiento de la injusticia perpetrada contra él y sus compañeros de infancia. Pedro clama por un acto de contrición, por un gesto que demuestre que aquella atrocidad no pasará inadvertida, que su sufrimiento no será olvidado.
La denuncia que presentó en 2019 marca un hito en su búsqueda incansable de justicia. A pesar de los obstáculos y las adversidades, Pedro persiste en su lucha, decidido a obtener el reconocimiento que tanto anhela. Sin embargo, la acción penal no avanza, los responsables están incapacitados para enfrentar el juicio, sumiendo a Pedro en una angustia insoportable.
"El militar declara que tiene demencia senil. Después de tantos años, el juzgado federal vio un claro crimen de la inhumanidad y por ahí da bronca saber que el juez no avanzó", indicó en una entrevista con El Tintero.
El dolor y la indignación se entrelazan en su relato, revelando las cicatrices profundas que el abuso y la violencia dejaron en su alma. Las amenazas, las torturas, la humillación: cada recuerdo es un golpe, un recordatorio implacable de la crueldad humana.
Pedro encuentra consuelo en el apoyo de quienes lo rodean. Su valentía inspira a otros a alzar la voz, a no permanecer en silencio frente a la injusticia. Su historia es un recordatorio de la resistencia humana, de la capacidad de enfrentar el dolor con dignidad y coraje.
Hoy, Pedro Román Salva continúa su batalla, cada día es un desafío, una prueba de su fortaleza y determinación. "Buscamos que se haga un Justicia, el doctor Fernando Marinaro, totalmente en connivencia con la policía, se encargó de decir a todas luces que nosotros éramos culpables y fue todo una mentira. El juez permitió todas las vejaciones que hubo e incluso uno de nosotros que fue a declarar al juzgado cuando éramos niños, contó lo que nos hicieron y ellos no escucharon, no hicieron nada", concluyó Salva.