Emiliano Durand: Un viejo amigo del Estado que no habla de política

De familia con militancia y actividad política, Emiliano Durand estuvo, desde joven, inmenso en el mundo de la política. Su tío abuelo paterno fue Ricardo Durand, gobernador de la provincia en dos oportunidades (períodos). También es nieto de Lucrecia Barquet, militante revolucionaria de los ‘70 y luchadora por los Derechos Humanos desde el retorno de la democracia y referente de la Comisión Nacional de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas y gremiales. Lucrecia Lambrisca, su mamá, fue concejal capitalina del 2009 al 2013. Y es sobrino de Guillermo Durand Cornejo, que desde CODELCO se catapultó al Concejo Deliberante, el Congreso de la Nación y hasta fue el antecesor de la banca que ocupa actualmente como senador provincial, lo cual demuestra que Emiliano no es nuevo ni mucho menos, ajeno a la política local.

Sin embargo, no fue hasta que con Miguel Isa que dio el salto, siendo jefe de Gabinete, durante los últimos años -ya desgastados- del ex intendente. Este cargo habla mucho del perfil político que ya le veía -o le impregnaba- Isa, al tratarse de ser cara del proyecto municipal y político del entonces jefe comunal. En un viejo archivo periodístico donde Mónica Avilés lo presentaba, Durand sorprende, no sólo por lo joven, sino por los largos minutos que podía dedicarle a hablar de gestiones, obras, visiones políticas, el impacto de la concepción de la ciudadanía sobre el gobierno y las contiendas electorales. Por lo que uno puede advertir que, al día de hoy, se olvidó de su capacidad de abordar este tema, o por otro lado, elige ocultarlo; puesto que, a casi diez años de aquella entrevista, hoy vemos un Emiliano con un perfil totalmente distinto.

Astuto, Durand, que trabajaba como la cabeza del gobierno de Isa y conocía de primera mano el poder de la política, compartió ya en esos años algo que le daba vueltas en la cabeza y que sería el espíritu de su proyecto durante la siguiente década. “Los medios de comunicación para mi son un gran aliado. No digo que esté bien, pero la gente encuentra mayor eco en los medios que en los diferentes estamentos del estado”. Touché. En esa breve declaración, el entonces abogado y funcionario municipal resumió lo que luego constituyó como su “emprendimiento de medios”. Una sociedad desencantada y descreída de la política, ya dejaba de lado las grandes doctrinas y convicciones con las cuales ser coherente y se aferraba a los medios. Los medios, aquellos grandes mecanismos de denuncia, de contención, de visibilización ¿quién puede negar que actualmente un video mostrando un caño roto tiene una respuesta más rápida que una nota ingresando al Concejo Deliberante? Durand lo advertía, había una sociedad que se escudaba en ellos, que ya no iba al partido a organizarse ni se sumaba al grupo de militancia a hinchar por un Isa, por ejemplo; y la gente quería ser escuchada, quería decir. Entonces, es eso. No vamos a hacer política, vamos a hacer un medio.

Hoy el empresario de medios, que tiene una estructura de medios digitales y programa televisivos, se dio cuenta que ya no iba ni pegaba hablar de política. En el auge del individualismo, del sálvese quién pueda, de “si se quiere, se puede”, Durand llevó al máximo nivel un esquema de cursos y capacitaciones inspiradas en esa filosofía new age, en esta modernidad líquida y sociedad extremadamente fragmentada, donde potencia los relatos de superación individual gracias a las tristes historias de personas que a fuerza de inhumanidad, deben afrontar con lo que tienen, su realidad. Con este cuento, donde la política, la economía, la cultura, parece estar escindida, el empresario visita mujeres, hombres, jóvenes, en su mayoría pobres, y cuenta su historia, les da visibilidad, y los ayuda en la gestión de herramientas o elementos necesarios para su emprendimiento. También, los capacita, abusando de la bondad de profesionales que se predisponen generosamente a enseñar oficios, técnicas, talleres, cursos, lo que fuere. Así llega a reunir a cientos y hasta miles de personas en cada charla. Todos para la marca registrada “Emiliano”.

Quizás, lo que se olvida de contar Durand, fue que a él no le dieron un curso o un taller gratis. No lo grabaron y la pegó. No fue un luchador, que empezó desde abajo. No. Fue un político e hizo negocios. Pequeño detalle omite el empresario al no contar que actualmente es el periodista más sobrefacturado de Salta, llevándose millones por año por cada programa, página o web de su multimedio a través de la pauta oficial que lo tiene como el favorito; que gracias a su arreglo con Gustavo Sáenz intendente instaló su cara en todas las paradas de colectivos de la ciudad, sin cumplir con lo establecido del convenio de cooperación que implicaba el mantenimiento de estos lugares; que recibió recursos del Estado para seguir propagando el show que tan bien aprendió a montar, como fue el caso de la entrega irregular de tablets. Lo que le faltó contar a Emiliano, fue el impulso económico con el cual se hizo no sólo para acrecentar su negocio mediático, sino su imagen, y desde allí, saltar a la política.

Sin embargo, la gran fórmula de Durand es sencilla: no hablar de política. En sus programas, se dedicó a hablar de información previsional, gestión de trámites en PAMI o ANSES o la inscripción en el IFE -cómo si estos fueran un plan de beneficios gratis, y no una decisión política de los gobiernos-; prefiere hablar de las historias de autosuperación -y refuerza la mirada meritócrata, donde no parece importar la necesidad de una sociedad en sí más justa-; mejor pedir el mejor paso de baile al que quiera una tablet -banalizando lo que debería ser un derecho-. 

Sin ir más lejos, su paso por el Senado hasta ahora va sin pena ni gloria; pero siempre respetando su método ganador. Sus intervenciones, escuetas, resaltaron aquella vez que se expidió sobre los cortes de ruta en el norte provincial, defendiendo el derecho a “circulación”. Así también el último proyecto, que se llevó el repudio de la Mesa de los Organismos de DDHH y de organizaciones como Madres Protectoras Salta, implica la creación de un Registro de Obstructores de Lazos, habla de la visión del legislador. “Exigimos que no se continúe su tratamiento, ya que es una herramienta que criminaliza a las madres protectoras; encubre situaciones de abuso en las infancias y adolescencias; habilita la revinculación forzada de niñeces con sus agresores; e implica la impunidad de pedófilos”, reclamaron desde distintas organizaciones sociales y políticas sobre este proyecto. Así, la mayor victoria legislativa de Emiliano fue cuando utilizó el propio recinto del senado para dar una charla, como si ese fuera su trabajo…

Años atrás, cuando Durand todavía negaba ser candidato, le reclamaba a la política: “No vengan con slogans, que vamos a trabajar por los pobres… Que nos digan cómo, que tenga un plan”, pedía con hastío ante las cámaras. Qué lejos quedó este reclamo, cuando él mismo fue en contramano de lo dicho, y aun lo sostiene siendo candidato a intendente, y no uno con pocas chances de ganar. Preocupa lo hábil que es para no hablar de política, ejerciendo la misma; preocupa no saber su plan de gobierno. Ingenuo aquel que no crea que lo tenga, puesto que en el breve recorrido de su trabajo político, no es ningún improvisado y en diez años ha crecido su imagen mucho más de lo que algunos buscan toda su vida. 

El proyecto de la edil Emilia Orozco podría traer luz a esta situación, al aprobarse este año la obligatoriedad del debate público de los candidatos a intendentes. En el debate del 2021 con los candidatos a senadores, cabe recordar que el empresario de medios no se presentó. Esta vez no tendrá mucha escapatoria y será un buen momento para despejar dudas y saber si podremos conocer en verdad ¿quién es Emiliano Durand?