Como impacta la ley de bases en Salta. ¿El suministro de aire a la gestión nacional dejará sin margen al gobierno provincial? El horizonte del 2025 no asoma con sangre nueva y promete otra vez sopa.
Mientras el gobierno nacional sigue con el plan de la eutanasia social administrada, la casta política salteña apoyó el desguace del Estado argentino, y lo que es peor, terminó apoyando la debacle económica en los hogares de la provincia.
Sabiendo que aún quedan tiempos duros por delante, los aglutinados en el Pacto para Vivir guardaron perfil bajo en las últimas horas, pero no tanto como el “apólogo de la pala”, Alfredo Olmedo, prácticamente desaparecido en acción tras su derrota en el Parlasur. El rosarino sabe bien que la política económica de su león de departamento, hace estragos incluso en su propio electorado, siempre más cercano al fanatismo místico que al razonamiento.
El horno no está para bollos, y apenas son dos lugares lo que se pelearán en las grandes ligas 2025. Por ahora cree que Romero y Urtubey son peligrosos para sus aspiraciones, si es que ambos disputan la cámara alta dentro de unos meses. Tiene miedo a quedar afuera, porque esta semana la aprobación de la ley de bases y el paquete fiscal, incluyendo la restitución de ganancias, no generó tanta buena onda como dice la publicidad.
Por lo pronto generó en el gobierno local el anuncio de obras que la provincia en algunos casos ya tenía. Una suerte de cuota a crédito, que le da tiempo y recursos al “neogustavismo”. En el resto de los actores del poder salteño, los dividendos parecen ser menos populares y más particulares. No en vano el “camionero jr” de la CGT, Pablo Moyano, resucitó días atrás el recuerdo de aquella “ley Banelco”, que abrió la puerta al 2001. Una primitiva metáfora, en un mundo de transferencias bancarias on line.
En el caso oficial lo que para algunos es un verdadero plan Marshall salteño en realidad detrás impone el intento de supervivencia que el poder local comparte con todas las provincias del país, incluido el tocayo radical correntino, Gustavo Valdez, por estos días sumido en disimular la trata de personas y otros delitos de tenor, manteniéndose a flote y casi sin criticas profundas en lo institucional. Una muestra clara de cómo se manejan los que hace mucho manejan la nuestra.
Los poderes feudales de la Argentina, terminaron sosteniendo la primera ley del experimento libertario, porque este era único camino a seguir si es que deseaban sobrevivir, por lo menos en las fronteras de cada pago chico. De esta forma se terminó de consolidar una verdadera “castocracia” en la Argentina. Más allá de los discursos oficiales que lo niegan, es evidente que se constituyó un verdadero “Gobierno de la Casta”. Apellidos, protagonistas, medidas adoptadas y sectores favorecidos, demuestran que la casta está intacta.
Muy por el contrario se robustece con esta victoria de Olivos. Vega, Caletti, Outes, Zapata, Moreno, quienes no parecen ser la renovación de la libertad, sino más bien una expresión conservadora y en casos medieval. Apenas la “pequeña Villarruel salteña”, expresa algo de una tardía juventud política, donde es común encontrar a dirigentes que tienen mascotas como único proyecto familiar. No parecen pastores del futuro, solo la vieja casta presupuestivora.
Por ahora la soviética Bs As y la montonera La Rioja, bancan la parada. Son los únicos campos hostiles a La Rosada. El resto de los territorios sumaron tropa a la causa de Conan. En todos los casos, y en el de Salta también, el próximo tema de análisis será saber cuánto costo político pueden soportar los lideres regionales, ahora cogobernantes del felino mimoso y sobre todo de sus lacerantes resultados.
Después de todo, el anuncio de obras y la foto con el ex panelista de TV, no ayudan en casi nada a los salteños de a pie, muchos de los cuales no logran afrontar el pago de los servicios básicos. EDESA, Aguas del Norte, y el tarifazo municipal que aún se siente Durán Durán en los bolsillos de los barrios capitalinos. Ni que decir de los aumentos criminales del boleto de colectivos, bajo la órbita de la estatal SAETA.
Para colmo, las asfixiadas familias terminan en manos de la usura bancaria, liderada en esta zona por el Banco Macro, agente oficial de la provincial. El aumento brutal en el costo de estas variables distributivas es lo que impulsó la pobreza salteña al 65% y la indigencia al 21%, superando holgadamente las de por si trágicas cifras nacionales.
Si bien las políticas nacionales son las que imponen esta injusta transferencia de recursos desde las clases bajas hacia el capital concentrado, las acciones de todos los hombres públicos serán motivo de juzgamiento en el futuro. Y en todos los casos el acompañamiento a las políticas nacionales que “el pueblo votó”, no quita el daño social en el territorio y sus consecuencias políticas. A nadie escapa que la historia demuestra que tarde o temprano, los pueblos irán con sus dirigentes a la cabeza o con la cabeza de sus dirigentes, tal como resumiera la abandera de los humildes siete décadas atrás.
Este vínculo entre apoyo político y devolución de obras operó sobre Salta y siete provincias. La primera ley del experimento nacional nació a los siete meses y con los fórceps de la extorsión más burda de los últimos 40 años. Látigo y billetera. Nada nuevo. La consolidación de “El Gobierno de la Casta”, la verdadera casta argentina, incluye a nuestra humilde dirigencia norteña.
Lo interesante es que todos los protagonistas de esta castocracia saben que no necesariamente se siga dependiendo del presidente viajero. Solamente por ahora asumen la responsabilidad del riesgo y acompañan “lo que el pueblo eligió”. Habrá que esperar para ver quien sobrevive al final de la historia.