El oficialismo ajusta el micrófono: sólo una intervención por diputado en Salta

General10/07/2025 Poder Legislativo
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Con una modificación al reglamento interno, la Cámara de Diputados de Salta restringió el uso de la palabra durante el Período de Manifestaciones, reduciendo la participación política a una única intervención por legislador. Crece la preocupación por el vaciamiento del debate democrático.

En una polémica decisión que pone en jaque el espíritu deliberativo del Poder Legislativo, la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta aprobó una modificación al reglamento que limita severamente el Período de Manifestaciones, una instancia histórica para que diputadas y diputados se expresen sobre temas de actualidad, cuestiones institucionales o posicionamientos políticos.

A partir de ahora, una vez finalizado el tratamiento del Acta de Labor Parlamentaria, cada legislador podrá hablar una sola vez, sin posibilidad de interrupciones, réplicas o aclaraciones. Además, se exigirá quórum legal durante todo este período, lo que habilita, en los hechos, a silenciar voces mediante el retiro del recinto por parte de las mayorías.

Una decisión que achica la democracia

Desde diferentes bloques opositores y voces independientes ya se manifestaron en contra de la medida, advirtiendo que se trata de un retroceso institucional que atenta contra el carácter representativo del cuerpo. “No se puede vaciar el debate en nombre del orden”, sostuvo una diputada de un bloque minoritario. “Este espacio no es para aplaudir decretos, es para discutir el presente de los salteños”, agregó.

El Período de Manifestaciones siempre funcionó como un canal para visibilizar conflictos sociales, reclamos de comunidades del interior, denuncias sobre irregularidades o simplemente para sentar postura política frente a hechos de relevancia pública. Limitarlo a una sola intervención —y sin posibilidad de interacción— transforma al recinto en una sala silenciosa donde las diferencias deben reprimirse en nombre de la ‘disciplina’ parlamentaria.

Silencios forzados y mayorías disciplinadoras

El agregado del requisito de quórum durante esta sección del debate no es menor. Hasta ahora, los legisladores podían expresarse incluso si algunos sectores abandonaban el recinto. Con esta modificación, alcanza con que una bancada mayoritaria se retire para imposibilitar que las voces disidentes siquiera se escuchen.

Y al prohibir interrupciones, aunque sean mínimas o respetuosas, se impone una lógica de monólogos sin contrapunto, desvirtuando el carácter dialógico y deliberativo que debería tener cualquier Parlamento.

Una Legislatura menos plural

Esta medida no puede analizarse en el vacío. Se inscribe en un contexto provincial y nacional donde los poderes legislativos tienden a ser cada vez más dóciles frente a los ejecutivos, y donde la política se percibe más como un obstáculo que como una herramienta.

En Salta, donde las asimetrías entre el oficialismo y las minorías se acentúan, esta decisión refuerza una estructura verticalista y homogénea, donde lo que incomoda debe ser silenciado antes que debatido. Un modelo que puede ser funcional al poder de turno, pero que erosiona los cimientos de la representación política.

En definitiva, la Legislatura salteña da un paso más hacia el achicamiento del espacio público, apostando por un recinto más controlado, menos plural y, por ende, menos democrático.

 

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