Terror en Salta: Torrico cumplirá muy pronto su condena y podría ser liberado

General17/10/2024 Saldría en libertad el 28 de octubre
Torrico
Torrico

El caso de los hermanitos Leguina aún conmociona a la sociedad argentina. Uno de los autores materiales del episodio más oscuro y doloroso de la historia de nuestra provincia, saldrá en libertad el 28 de octubre luego de cumplir su condena. 

El hecho ocurrió en mayo de 1998. Según declaraciones en el juicio, los acusados tomaron la determinación de secuestrar a Octavio y Melani Leguina, de apenas 7 y 9 años, como venganza de un supuesto robo de drogas por parte de familiares del niño y la niña.

Recibió una condena de 25 años por este crimen y el 28 de octubre cumpliría los años de reclusión, por lo que en pocos días podría salir en libertad. Mónica Juarez, diputada provincial, lo entrevistó en el penal de Villa Las Rosas, con su programa Tribu Urbana, y se supo que Marcelo Torrico además de ser consciente del enorme rechazo que genera su persona en Argentina, buscará refugio para rehacer su vida en Bolivia.

La liberación de Torrico se encuentra en manos de un juez, aunque su salida significa un gran debate sobre la reinserción social de personas que han cometido crímenes de tal magnitud pues la sociedad aún recuerda con mucha conmoción el cruel asesinado de Octavio y Melani.

El doble crimen

El lunes 4 de mayo de 1998 Melani y Octavio fueron vistos por última vez. Los hermanitos salieron de su casa temprano, como lo hacían habitualmente, rumbo a la Casita de Belén, en el barrio San José para poder desayunar y de allí iban a la escuela Nuestra Señora de la Candelaria de Villa Costanera. Pero no llegaron.

En el camino los chicos fueron secuestrados por Torrico y un amigo de este, Ariel Brandán. Los hombres los llevaron en auto hasta un descampado en la zona sur de la ciudad y allí los torturaron y los asesinaron a golpes. Incluso, Brandan obligó a Octavio a mirar cómo su compañero violaba a la hermana. Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados seis días después con sus cabezas estaban destrozadas. Los habían asesinado a golpes de piedra.

Después de casi un año de investigación, el primero en ser acusado fue Ariel Brandán. Poco después corrió la misma suerte Torrico, quien en su primera declaración se hizo cargo de la violación de la nena, pero acusó a su cómplice por los crímenes.

La Justicia probó que la noche del 3 de mayo de 1998 los dos hombres bebieron alcohol y consumieron estupefacientes hasta la madrugada cuando decidieron secuestrar a dos de los hijos de Miguel Ángel Leguina para vengarse, ya que lo acusaban de haberles robado droga. En diciembre de 1999 la Justicia los condenó a 25 años de prisión.

Un criminal privilegiado

El 1 de enero de 2006 Marcelo Alejandro Torrico se fugó del penal de Villa Las Rosas, donde cumplía la condena de reclusión perpetua. En septiembre de 2006, el peligroso delincuente fue atrapado en la estación Retiro robando celulares.

En ese entonces una comisión de la policía de la provincia viajó a la Capital Federal para iniciar los trámites de traslado del preso, que requerirá de un exhorto de la justicia. Se afirma que pudo escapar con la complicidad del personal del Servicio Penitenciario. Por este hecho no existe ninguna condena.

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Marcelo Torrico llegó a fotearse con buzo del Servicio Penitenciario Provincial 

Pero Torrico tiene un prontuario más complicado (o más bien privilegiado) en el penal: llegó a tener celulares a disposición con diferentes llamadas entrantes y salientes. En su expediente hay un apartado sobre la confiscación del celular donde tenía guardadas las fotografías vestido de guardiacárcel: “Del aparato se pudo obtener los siguientes resultados del celular marca Samsung Galaxy Grand2, modelo SM-G710: 4.334 mensajes enviados y 3.256 recibidos, 715 llamadas de whatsapp salientes y 23 entrantes". A su vez, indicaron que del peritaje, surge una carpeta con la denominación "SPPS Corrupción" con las 87 fotos. De este delito tampoco existe condena.

Sobre la personalidad de Torrico

El miércoles 1 de diciembre ya todo el país sabia de la existencia de Torrico y de Brandán, el sumiso ayudante del perverso. El Tribuno tituló esa mañana “Torrico fue descrito como un psicópata y sádico irreversible”.

En ese artículo, el psiquiatra David Flores relataba su experiencia frente al asesino, que ya había hecho desmayar a su propia abogada al relatar los hechos. “Torrico no manifestó arrepentimiento y cuenta todo lo que pasó como si fuera una película”, explicaba el analista. Flores era un viejo conocido de Torrico ya que psiquiatra lo había atendido dos veces en el pasado, cuando había sido acusado de abuso deshonesto contra dos niñas, de esta acusac.

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