CFK cruzó el “2,5%” del INDEC y disparó contra Milei

12/12/2025 “¿En serio que todo marcha de acuerdo al plan?”
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En un posteo con tono de campaña y memoria selectiva, Cristina Fernández de Kirchner agarró el dato de inflación de noviembre (2,5%) y lo convirtió en munición pesada contra el Gobierno. Habló de ajuste “sin precedentes”, deuda, FMI, consumo “en caída libre” y comparó con 2015: “ellos decían que había menos inflación que ahora, y nosotros no le debíamos un dólar al Fondo”.

Cristina volvió al ring con un formato que domina: un número, un culpable y una pregunta que busca dejar al Gobierno a la defensiva. “Ayer el INDEC de Milei y Lavagna dijo que la inflación del mes de noviembre… fue del 2,5%”, escribió, y enseguida montó el escenario completo: el “ajuste más grande del que se tenga memoria” sobre salarios, jubilaciones, obra pública y fondos a las provincias; un nuevo préstamo del FMI; más endeudamiento en dólares; y una economía real que —según su relato— “se cae” entre consumo desplomado y cierre de fábricas y comercios.

El remate llegó con la chicana clásica, esa que busca convertir un dato “aceptable” en un fracaso político: “¿En serio que todo marcha de acuerdo al plan?”. Traducción: aunque el número baje, el costo social sería tan alto que el Gobierno no podría celebrarlo sin quedar como insensible o desconectado.

La expresidenta también desempolvó un capítulo viejo para pegar donde más duele: la credibilidad. Recordó el “IPC Congreso” de noviembre de 2015 —que, según ella, repetía el índice de CABA bajo gestión Macri— y sostuvo que la inflación que “ellos decían que había” era más baja que la actual, aun cuando en su administración “no le debíamos ni un dólar al Fondo” y se habían pagado compromisos heredados.

Es una jugada con doble intención: desacreditar el triunfalismo libertario (“no me vengas con el 2,5% si destrozaste ingresos”), y rehabilitar el relato kirchnerista (“con nosotros había consumo, salarios, inclusión y soberanía”).

En esa reconstrucción, CFK enumeró una lista de logros con tono épico: salarios y jubilaciones “más altas de América Latina”, netbooks para secundarios, remedios para jubilados, pensiones y medicamentos para personas con discapacidad, satélites en el espacio. Un inventario pensado no para debatir planillas, sino para activar una comparación emocional: “antes Estado presente, ahora motosierra”.

El detalle político más filoso no es el porcentaje: es la frase “INDEC de Milei y Lavagna”. Cristina no solo discute inflación; disputa autoridad. Le pone apellido al organismo para sugerir que el número no es “técnico”, sino “parte del relato oficial”, aunque el INDEC sea una institución con carrera propia y metodologías estables. La insinuación es clara: si el Gobierno usa el dato como bandera, ella lo convierte en sospecha.

Del otro lado, el mileísmo tiene un libreto igualmente predecible: “estamos desinflando, el programa funciona, falta tiempo”. La discusión real es cuál historia se impone: la de la “estabilización” o la del “empobrecimiento con Excel”.

La grieta versión 2025: ¿baja la inflación o baja la vida?

El posteo de CFK no es solo un mensaje económico; es una línea de campaña: si el Gobierno logra desinflar, ella intenta que la sociedad lo lea como “baja la inflación porque bajaste todo lo demás” (salario real, consumo, obra pública, actividad). Es decir: no niega el dato, le cambia el significado.

Y ahí está el núcleo picante del asunto: el oficialismo necesita que el 2,5% sea “mérito”. Cristina necesita que sea “prueba del daño”. Dos relatos sobre el mismo número, peleando por el sentido común.

La discusión que Milei no quiere y Cristina sí

La expresidenta ya dejó planteada la próxima discusión: deuda y FMI como marca de época. Cuando escribe “Toto Caputo tomando más deuda en dólares”, no está describiendo; está señalando un enemigo con nombre y apellido, y recordando el fantasma favorito del peronismo: “la bomba vuelve a explotar siempre del mismo lado”.

En resumen, CFK hizo lo que mejor sabe: agarrar un dato frío, calentarlo con memoria, compararlo con 2015 y convertirlo en un juicio político. Milei festeja desinflación. Cristina pregunta cuánto cuesta. La sociedad, mientras tanto, mide algo más simple: si el changuito alcanza.

 

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