Las localidades más afectadas son Ñacatinbay y Tuncán en Aguaray. Trabajan en el lugar cuarteles de la Federación Salteña de Bomberos Voluntarios con autobombas, camionetas de ataque rápido y zapas.
Este lunes continúa un intenso operativo para extinguir los incendios forestales. Se trata de llamas en altura, registradas en las localidades del norte salteño.
La Brigada Forestal de Defensa Civil y cuarteles de la Federación Salteña de Bomberos Voluntarios realizan las tareas de relevamiento y sofocamiento en la zona incendiada. El área de afectada se encuentra distante a la zona urbana. Hasta el momento no se registraron personas ni bienes afectados.
Se mantiene el alerta por riesgos de incendios forestales “extremo” en la provincia debido a las condiciones climáticas por lo cual se solicita a la comunidad no realizar fogatas en lugares descampados, no quemar basura ni pastizales, tampoco arrojar colillas de cigarrillos ni fósforos en campos ni bosques para evitar focos ígneos que provocan graves daños ambientales.
La palabra del jefe de bomberos provincial a medios locales
“El 98% de los incendios son por la mano del hombre”, explicó el jefe de la unidad de bomberos de Salta, Víctor Villanueva. Aclaró además que “la prevención ayuda mucho” y que por eso se debería trabajar para controlar más de fondo esta acción. Villanueva remarcó, a su vez, que “los incendios forestales son más dañinos, un árbol tarda años en reponerse”.
Si bien es cierto que el foco de los incendios hoy en día se encuentra en Córdoba, Salta no está exenta de esta problemática. El jefe de los bomberos provincial aclaró que “en Aguaray hay incendios que se están descontrolando. Lo más complicado esta semana fue en barrio Santa Rita. Desde mayo comenzamos con los primeros incendios de pastizales”, notificó Villanueva.
Respecto a las ayudas de Nación, reconoció que actualmente hubo un aumento en los aportes que se realizan para provisionar elementos claves. “Se incrementó la ayuda de Nación con $20 millones que vamos a recibir una vez al año, pero los precios también se han disparado”. Es decir, por más que se haya incrementado la ayuda, los fondos son innecesarios y requieren de otra actualización.
“El pantalón y chaquetón para un bombero cuesta 1.800.000, uniformar a todos es imposible. No se puede acceder a un vehículo. Hace cuatro años compramos equipos completos”, recordó Villanueva.