Plaza 9 de julio: el último regalo para Norte Áridos

14/12/2023 Redaccion
norte aridos

La gestión de Bettina Romero en la ciudad de Salta finalizó y el eco del descalabro en la obra pública resuena con fuerza. La relación con la empresa Norte Áridos es uno de los capítulos más polémicas de la administración pasada.

Se trata de una firma beneficiada con una monumental transferencia de recursos municipales. Tuvo en su poder todo tipo de proyectos: desde pavimentación, adoquinado, cordón cuneta y canales, hasta la controvertida e innecesaria remodelación de la Plaza 9 de Julio. El hecho de que esa obra se pagó y no terminó, fue la gota que colmó el vaso.

En efecto, el Tribunal de Cuentas intervino y detectó que “se realizaron pagos por trabajos aún no ejecutados”. El monto inicial fue de $130 millones y recibió casi $400 millones. Dicho organismo de control determinó que la empresa propiedad de Augusto Dal Borgo recibió un anticipo financiero del 35%.

La gerenta de auditoría de Obras Públicas, Ing. Gabriela Alcorta, recomendó en un documento al que accedió este medio, realizar un cálculo exhaustivo entre la oferta original y lo que el gobierno municipal pagó. 

plaza 9 de julio

La costosa obra de tener una plaza "bonita" se convirtió en una pesadilla urbanística que ni siquiera con grandes redeterminaciones de precios pudieron rescatar, peor aún, entendiendo que no era prioridad para las y los vecinos de una ciudad con grandes problemas.

Los memoriosos recordarán con asombro los desastres perpetrados por Norte Aridos, tal como ocurrió en Avenida Discépolo o las obras cerca del hospital San Bernardo, las ciclovias o el monumento a la corrupción que significo la obra en la plaza 9 de julio.

El nuevo intendente no titubeó en afirmar que exigirá que las obras paralizadas sean finalizadas. “Vamos a exigirle a la empresa que entregue la Plaza en condiciones”, dijo en su primer discurso Emiliano, quien también adelantó que realizará una auditoria interna. 

Si bien la promesa de una investigación exhaustiva está en el aire, la ciudadanía más informada se pregunta qué pasó y sin duda es un desafío de la actual gestión poner blanco sobre negro. 

Norte Áridos ya aparece en una causa de facturas truchas, alimentando aún más las llamas de la sospecha. Una investigación en regla no solo debería mirar de cerca las transacciones y contratos turbios de Norte Áridos, sino que también podría comprometer a varios funcionarios de la gestión pasada y al propio Dal Borgo, cuya sombra se extiende más allá de las obras fallidas.

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