"Sáenz implementa políticas de odio y persecución"

Afirmó el presidente de la Unión Autónoma de Comunidades Originarias del Pilcomayo al referirse a la reciente ley que busca "regularizar" la protesta social. El norte salteño sufre, además de los precarios salarios de docentes y personal de salud, muertes por desnutrición y deshidratación sumada la desesperante falta de agua.

07/06/2023 Redacción
uacop

"Vinimos a repudiar la aberrante ley antipiquetes, somos de Santa Victoria, una zona tripartita en donde no hay seguridad, y esto se planteamos y denunciamos al gobierno provincial y nacional, es tierra de nadie y hay mucho narcotráfico, hospitales vacíos ya que no hay médicos ni enfermeros, hemos sido abandonados", declaró Abel Mendoza mientras se sumaba a la lucha de los docentes y personal de salud.

Es que la lucha de éstos últimos despertó o sirvió de impulso para que varios sectores de la sociedad en la provincia puedan reclamar lo que vienen pidiendo desde hace tiempo pero quedan invisibilizados por ser sectores aislados. En otras palabras, el resto de la sociedad que no atraviesa o sufre esos problemas mira hacia un costado.

Pero la soberbia con la que se maneja este gobierno logró que un pueblo adormecido vea la oportunidad de despertar y sumarse a los reclamos, aunque cada uno tiene objetivos distintos: por un lado equiparar salarios, por otro estabilidad laboral y por otro, acceso al agua y los servicios que debe garantizar el estado: salud, educación y seguridad.

"Pedimos que se baje la ley, nos quita derechos, solo en lo que va del año murieron por desnutrición 70 niños y niñas de comunidades indígenas, no llegan alimentos y no hay agua, por ello, una de las formas de mostrar lo que sucede son en la ruta", indicó Mendoza.

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