El juego que arruina vidas: la ludopatía crece en Salta al amparo de las apuestas ilegales

En Salta, la ludopatía avanza en silencio, disfrazada de entretenimiento, pero con consecuencias devastadoras. Aplicaciones móviles y páginas web de apuestas ilegales, muchas operando fuera del control estatal, están generando un mercado negro que mueve millones de pesos mensualmente. La adicción al juego ya no está circunscrita a los casinos o agencias autorizadas: ahora, con solo un celular y una conexión a internet, cualquier persona puede caer en el espiral de la dependencia.

La ludopatía es una adicción silenciosa. Según datos del Programa Provincial de Juego Responsable, las consultas por conductas compulsivas aumentaron un 35% en el último año. Sin embargo, estas cifras no reflejan la magnitud del problema, ya que la mayoría de los casos permanece oculta por vergüenza o desconocimiento. “Muchos recién buscan ayuda cuando ya perdieron todo: dinero, trabajo, vínculos familiares. El daño psicológico y social es profundo”, explica la psicóloga social María Eugenia Cornejo, quien trabaja con pacientes en recuperación.

Apuestas ilegales: el negocio en la sombra

En paralelo, se ha consolidado un ecosistema clandestino de apuestas online que escapa a cualquier tipo de regulación. Algunas plataformas promocionan sorteos, juegos de casino y apuestas deportivas sin ningún control sobre la identidad de los jugadores ni la edad mínima requerida. Detrás de estas interfaces, operan redes que lavan dinero en negro y evaden impuestos.

Una investigación judicial en curso sacó a la luz uno de estos casos: un hombre salteño de 35 años fue imputado por hurto impropio tras estafar a varios conocidos, inclusive la misma pareja, a quienes convencía de invertir en supuestas “quinielas online seguras”. Con la promesa de grandes ganancias, logró que le transfirieran importantes sumas de dinero. Las víctimas denuncian que nunca recuperaron un peso.

Impacto social

El impacto de estas estafas y de la adicción al juego trasciende lo económico. “Se desestructuran familias enteras. Padres que no pueden comprar comida por haber apostado el salario; jóvenes endeudados que buscan soluciones desesperadas”, señala Cornejo. En barrios populares, los testimonios se multiplican: personas que venden objetos de valor o piden préstamos para seguir apostando, sin control ni límite.

Ausencia de controles y políticas públicas

A pesar de los esfuerzos de algunos organismos, las acciones del Estado resultan insuficientes. “Las campañas de prevención son escasas, y no hay una regulación clara sobre el juego online. El acceso es libre y tentador, sobre todo para los adolescentes”, alertó un abogado penalista.

Desde la Defensoría del Pueblo exigen una intervención urgente: “Es necesario que la provincia refuerce los controles, bloquee los sitios ilegales y, sobre todo, genere espacios de contención y prevención. La ludopatía no es un vicio, es una enfermedad social”.

Un desafío colectivo

La lucha contra la ludopatía requiere más que sanciones legales. Se trata de comprender que detrás de cada pantalla hay una persona vulnerable, muchas veces en soledad, atrapada por una ilusión de fortuna que no llega. La respuesta debe ser integral: desde el Estado, la comunidad y los medios de comunicación. Solo así se podrá frenar este fenómeno que, mientras permanece oculto, continúa arruinando vidas.