Los autoconvocados encontraron la fibra sensible de Sáenz: el litio

Luego de haber tomado todo tipo de medidas, desde notas, marchas, paros, cortes en el ex peaje Aunor y distintos puntos de la provincia, un evento -quizás, el menos pensado- comenzó a tomar fuerte relevancia: la Puna salteña y con ella, la ruta 51 en distintos tramos: San Antonio de los Cobres, Rosario de Lerma y Campo Quijano. Los autoconvocados le dieron donde más le duele al gobierno: en el negocio del litio. De solucionarse el conflicto, no habrá sido por una escucha genuina a los reclamos, por la voluntad de diálogo, ni por la situación de los trabajadores; sino por la presión del poder económico que hoy más que nunca exige que se despeje la ruta que encamina sus negocios vinculados a la minería.

10/06/2023 Peperina
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La situación de conflictividad social que vive Salta en estos momentos tiene a la ciudadanía escalando en los niveles de tensión. Si la semana pasada se caracterizó por la arbitraria sanción de la Ley Antipiquetes, esta semana el punto fue para los trabajadores autoconvocados que parecen haber dado con la tecla. El objetivo siempre fue ser recibidos por el gobierno, que se limitó a insistir en Claudio del Plá como el responsable de la protesta, y negó todo puente con los trabajadores en lucha. Luego de haber tomado todo tipo de medidas, desde notas, marchas, paros, cortes en el ex peaje Aunor y distintos puntos de la provincia, un evento comenzó -quizás, el menos pensado- a tomar fuerte relevancia: la Puna salteña y con ella, la ruta 51 en distintos tramos. Los trabajadores autoconvocados le dieron donde más le duele al gobierno: en el negocio del litio.

En ese lugar, tan alejado de la Capital como lo en San Antonio de los Cobres, fue el escenario de una verdadera pueblada. Comenzaron los trabajadores autoconvocados de la docencia y la salud, pero pronto se sumaron diversos sectores, como trabajadores mineros, camioneros y pueblos originarios. Aunque otros cortes de ruta se sostenían, el de esta localidad fue el que más teléfonos hizo sonar en el gobierno, porque estas movilizaciones trataban nada más y nada menos que de la interrupción del camino de la minería. Tras los manifestantes que sostenían carteles, se acumulaban largas filas con trabajadores mineros que no llegaron a sus lugares de trabajo, como así tampoco recursos y provisiones para el negocio de la minería.

Los representantes de los sectores productivos, que días atrás habían manifestado su total apoyo a la Ley Antipiquetes, pronto fueron los primeros militantes de que el gobierno abra el diálogo y deje de hacer oídos sordos al reclamo. Con ellos, sin dudas que el gobierno mantiene conversaciones fluidas. Mientras tanto, los autoconvocados entendieron que estos eran los puntos del corte a reforzar: Campo Quijano, Rosario de Lerma y San Antonio de los Cobres, la extensa ruta 51. El jueves el senador Leopoldo Salva, representante de Los Andes, ya había advertido de esta situación, pero decidió pronunciarse por su pueblo.

“Hoy en la Puna hay una situación complicada… Pero también tiene sus razones. Desde hace un tiempo atrás se proyecta como la zona donde más crecimiento va a tener en los próximos años por el por el llamado oro blanco, que es el litio. Y también porque hace un par de años comenzó la extracción de oro (…) Se va a ver beneficiada nuestra provincia, nuestra nación. Hoy San Antonio de los cobres está cortada todos los accesos y no solamente por los docentes, sino también por los trabajadores mineros, por los camioneros, por las comunidades por los trabajadores de la salud y docentes. Y cada uno con su razón. Nosotros desde esta humilde banca hemos venido pidiendo desde hace un tiempo el señor presidente. Hemos pedido que haya un plan de minería y un programa de infraestructura vial para la zona; hoy circulan diez veces más de lo que antes normalmente circulaban de vehículos”. Salva pidió por mejoras en la ruta 51 que “está en pésimas condiciones”, la infraestructura del hospital que solamente tiene una ambulancia; aseguró que muchos de los sueldos mineros son bajos y muchas veces, en malas condiciones; y pidió atender el reclamo de salud, docentes, junto a funcionarios y empresarios mineros.

“Hoy por hoy la política tiene que poner mucho oído, escuchar, trabajar en dialogar mucho, creo que cuando no hay recursos, el diálogo tiene que sobrar”, aseveró el legislador, anticipándose a lo que sería este caótico viernes. A la mañana, Federico Mangione, ministro de Salud Pública, decidió recibir a diez delegados de Salud y luego del un largo tiempo en debate, llegaron a un acuerdo. Las trabajadoras que se encontraban en huelga de hambre levantaron la medida; pero aseguraron que, de no cumplirse con el acuerdo, volverían a ingerir solamente líquido.

A la tarde, Sergio Camacho, Martín de los Ríos y Mario Peña -Infraestructura, Producción y Turismo- viajaron a la Puna en búsqueda de destrabar el conflicto. Luego de largas horas de discusión, en vistas a que se vieron obligados a escuchar los reclamos y pedidos de cara sector, los funcionarios llegaron a un acuerdo con los trabajadores camioneros y los referentes de pueblos originarios. Al querer volver, los ministros quedaron varados, ante el caos vehicular que se produjo en el marco del corte de ruta.

Durante la noche, fue el propio Antonio Marocco, junto a legisladores, quienes recibieron a los docentes autoconvocados en la Legislatura salteña, y allí, llegaron a la firma de un acta. El primer pedido inmediato fue levantar el arduo paro de San Antonio de los Cobres que, junto al esfuerzo de la tarde, logró su cometido. El acuerdo está siendo discutido por una Asamblea Provincial de Docentes en Campo Quijano, que ya alertó sobre intentos de quiebres con asambleas paralelas y promete ser este un espacio de profundo debate, ya que de acordar, terminaría el paro de los autoconvocados.

Sin embargo, no se puede dejar de señalar que, una vez que Mangione supo de los movimientos de sus pares ministros, cortó nuevamente el diálogo con los autoconvocados de Salud. Los trabajadores esperaron hasta la noche para recibir el llamado del ministro que, escudándose en “el aval” de los gremios, dilató nuevamente la lucha. Hoy tampoco sonó el teléfono. Lo que sienten los autoconvocados de salud es desesperanza por un responsable político que da su palabra, y luego corta diálogo, con la clara intención de desestabilizar a quienes sostienen la lucha. Las trabajadoras volvieron a la huelga de hambre y reforzaron, nuevamente, el corte en San Antonio de los Cobres. “El litio es lo único que les importa a estos mafiosos”, lamentaron los autoconvocados. “El paro de salud, sigue”, afirmaron.

Aún no se sabe si el conflicto finalizará antes del lunes; pero sin dudas que los sectores en lucha encontraron la fibra sensible del gobierno. De solucionarse el conflicto, no habrá sido por una escucha genuina a los reclamos, al diálogo y a la política; sino por la presión del poder económico que hoy más que nunca exige que se despeje la ruta que encamina sus negocios vinculados al litio.

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